Void Star, la segunda novela de Zachary Mason, es uno de los libros que más se han estado comentando en lo que va de año en los foros de ciencia ficción en inglés que frecuento. Comparaciones con William Gibson, referencias a su nivel especulativo, cierta polémica con el estilo elegido por el autor... Era imposible resistirse a probar esta novela, sobre todo después de saber que su autor es un investigador en inteligencia artificial.
Y es cierto que Void Star tiene algunas virtudes innegables que justifican, en parte, la buena publicidad que está recibiendo. La elección de los tres personajes principales, Irina, Kern y Thales, es de lo más adecuada. Cada uno de ellos tiene una voz propia y nos ofrece una perspectiva muy diferente del futuro cercano en el que se desarrolla la acción de la novela. La narración en capítulos alternos, al más puro estilo de la CF británica moderna, nos va dejando ver (adivinar quizá sería una palabra más adecuada) la relación entre ellos y la presencia de fuerzas externas ante los que son poco más que peones.
También me ha parecido muy interesante la pequeña vuelta de tuerca que Mason le da a un género tan manido como el cyberpunk. La idea de que las IAs se han vuelto tan complicadas que se necesitan intermediarios como Irina para comunicarse con ellas, la obsesión con la inmortalidad y con construir artefactos que duren un millón de años, la evolución de la tecnología impulsada por la propia tecnología... Son pequeños detalles de gran brillantez que poco a poco se acumulan para conformar un worldbuilding que sin ser del todo original sí que presenta una marcada personalidad en la que hay espacio para homenajes a autores como Gibson o Stephenson.
Por desgracia, estos aspectos positivos no son suficientes para paliar los defectos de la novela, que son bastante evidentes. Por un lado, el libro es excesivamente largo, algo que se agrava por el lentísimo ritmo de casi todas sus escenas. Hay multitud de capítulos que podrían haber sido eliminados completamente, puesto que ni hacen avanzar la trama ni desarrollan a los personajes. Como resultado, el libro es tedioso en muchos momentos y apenas consigue crear momentos de tensión (aunque, en ocasiones, lo intenta con bastante ahínco).
A todo esto se une el que, para mí, es el principal problema de Void Star: el estilo adoptado por su autor. Podría intentar describirlo con algún término inventado, post-cyberpunk literario o algo así, pero es mejor simplemente citar el primer párrafo de la novela para que veáis directamente a qué me refiero:
Below her are the lights of the valley, like burning jewels on a dark tide. The Bay is a negative space around them, its leaden ripples picked out in the moonlight. There is, Irina realizes, a pattern in the flawed latticework of lights, something deeper than the incidental geometry of buildings and streetlight, to which the city has, unwitting, conformed itself, and, with this revelation, what she had taken for single lights expand into constellations, and each of their lights is a constellation in itself, luminescent forms in an endless descent, and the city is like a nebula, radiant with meaning, and this is how she finally knows she's dreaming.
En el libro se alternan pasajes como este, de ejecución bastante torpe, en mi opinión, con otros de una monotonía soporífera y en los que Mason parece renunciar por completo a cualquier intento de escribir frases con un mínimo sentido del ritmo o de la musicalidad (algo que se hace aún más notorio cuando se escucha la versión en audiolibro). Por ejemplo, tres párrafos después de lo anterior uno se encuentra con esto:
The plane banks and she comes fully awake. A loudspeaker offers muffled advice that she automatically ignores. Out the window she sees the imbricated panels of the wing shift slightly, the airflow whitely visible. (...) She feels lighter, now; she is descending.
El repetitivo abuso de los pronombres como "she" no es exclusivo de este extracto, sino que, por desgracia, es un factor común a toda la novela, al igual que el uso de frases de casi idéntica longitud y estructura, algo que llega a resultar hasta molesto y que a mí, particularmente, me sacó constantemente de la lectura. Una decisión que no sé si ha sido intencionada, pero que me parece a todas luces equivocada.
Por todo ello, y pese a sus momentos brillantes, no puedo recomendar Void Star. Se trata de una novela con buenas materias primas, con buenas ideas y planteamientos interesantes, pero lastrada por una ejecución que no da la talla. Una pena.
Por todo ello, y pese a sus momentos brillantes, no puedo recomendar Void Star. Se trata de una novela con buenas materias primas, con buenas ideas y planteamientos interesantes, pero lastrada por una ejecución que no da la talla. Una pena.
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