lunes, 30 de marzo de 2015

Harrison Squared, de Daryl Gregory


Banda sonora de la reseña: Sugiero leer esta reseña escuchando Monster de Scrimshander (Spotify).

Harrison Squared, la más reciente novela de Daryl Gregory, es una especie de precuela de We Are All Completely Fine (my review), su novela corta de 2014. Y digo "especie de" porque los sucesos narrados en Harrison Squared son ficción en el mundo We Are All Completely Fine (¿o quizá no?), tan solo una novela acerca de un joven llamado Harrison Harrison que no es el mismo Harrison Harrison de la novela corta (¿o quizá sí?). 

Así que tenemos dos libros conectados (o quizá no) por algunos personajes y ciertos hechos inusuales, y que es mejor leer y apreciar en conjunto, pero que son muy diferentes en bastantes aspectos. Mientras que We Are All Completely Fine tiene un tono oscuro y pesimista e incluso roza lo experimental en su forma, Harrison Squared es una narración mucho más convencional, más ligera en su tono y que incluso podría ser clasificada como novela juvenil.

De hecho, una de las cosas que más me han gustado de Harrison Squared es que está llena de sentido del humor. Los diálogos son inteligentes y agudos y la novela tiene muchas escenas realmente divertidas. Considerad, por ejemplo, el siguiente párrafo:
Aunt Selena was unmarried, with no children of her own. Like I said, people on Dad's put off spawning as long as possible, and I figured she'd probably never swim upstream. When I was little I saw her at a few holidays, up until Infamous Last Christmas. That morning, while Mom had fought with Grandpa, Aunt Sel had asked me to bring her a glass of wine - it was nine in the morning - and when I'd delivered it she'd handed me a ten dollar bill and said, "I dislike children, but I do appreciate decent service."
La tía Sel es sólo uno de los muchos y fascinantes personajes secundarios de Harrison Squared, y probablemente el único "normal". Tenemos al anfibio Lub, a la Toadmother, al Scrimshander, al profesor Waughm (go threshers!), a la enfermera Mandi... A pesar de que algunos de ellos aparecen en sólo un par de escenas, son todos de carne y hueso (de escamas y espinas, en ciertos casos) y tienen una voz única y perfectamente distinguible. Gregory tiene un notable talento para escribir personajes inusuales pero adorables (una de las cosas que más me gustó de la maravillosa Raising Stony Mayhall) y aquí se vuelve a poner de manifiesto.

Otro punto destacable de Harrison Squared es la misteriosa población de Dunnsmouth, claro homenaje a la obra de Lovecraft (la novela está repleta de referencia meta-literarias). Con apenas unas pocas frases, Gregory consigue crear una atmósfera enigmática, especialmente en lo que se refiere al extraño instituto al que Harrison se ve obligado a asistir:
"Hello, Harrison", the students said in unison. Not just generally at the same time, but in perfect synchrony, like a choir. A choir that had been rehearsing.
I lifted a hand in greeting. They stared at me. They were dressed in blacks and grays, not quite a uniform, but definitely a look, as if hey all did their shopping at ClinicalDepression.com. My tie-dye shirt was like a loud laugh at a  funeral.  
Como es habitual, la prosa de Gregory es engañosamente simple, haciendo parecer sencillo lo que es muy difícil de conseguir, y estableciendo el tono para el resto del libro a través de un puñado de estupendas escenas. Además, consigue mezclar esa sensación de misterio con los diálogos divertidos e inteligentes que mencionaba más arriba de un modo natural y sin fisuras en el que nada está forzado. Pocos autores son capaces de hacer funcionar este tipo de combinación, pero en Harrison Squared Gregory lo hace a las mil maravillas.

A pesar de todas sus virtudes, también encuentro algunos aspectos problemáticos en el libro. Por un lado, puede que por el tono juvenil de la trama, creo que la novela no consigue transmitir la sensación de apocalipsis inminente que uno esperaría de las amenazas a las que se enfrenta el protagonista. La atmósfera es misteriosa y enigmática, sí, pero nunca terrorífica y la violencia y las vísceras están muy suavizadas, al menos en comparación con We Are All Completely Fine. Por otro lado, Harrison Harrison me ha decepcionado un poco como protagonista principal, especialmente en comparación con la excelente caracterización del resto de personajes. Harrison es, en exceso, el típico héroe juvenil, y las características que podrían distinguirlo (su falta de autocontrol y su pierna prostética) no están, en mi humilde opinión, tan bien integradas en su personalidad como sería deseable.

A pesar de estos problemas, Harrison Squared es un buen libro y recomiendo su lectura (en combinación con We Are All Completely Fine, si es posible, para una experiencia más completa). Puede que no sea tan bueno como Raising Stony Mayhall, pero si echamos las cuentas, muy pocos libros lo son. El epílogo deja las cosas preparadas para una secuela y no pienso perdérmela si finalmente se publica.

(You can also read this review in English/También puedes leer esta reseña en inglés)  

2 comentarios:

  1. Introducir humor en una novela es difícil. Cómo también lo es introducir sensaciones de terror (no tienes la música que tanto ayuda en las películas) En ciencia ficción, todavía es más difícil introducir humor, pues no es fácil encontrar aquellas situaciones cotidianas, que sacadas fuera de contexto nos hacen sonreir, ya que usualmente en sci-fi las situaciones NO son cotidianas. Así que, bienvenido el humor, o al menos el esfuerzo por conseguirlo.

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  2. Tienes toda la razón. Y, en este caso, Gregory lo hace estupendamente (al menos con el humor; con el terror, no tanto).

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