martes, 26 de noviembre de 2019

Borja Bilbao reseña El secreto de la ventriloquía, de Jon Padgett

Borja Bilbao completa sus reseñas de los nominados a los Premios Guillermo de Baskerville (organizados por Libros Prohibidos) con este análisis de El secreto de la ventriloquía, de Jon Padgett. ¡Espero que os guste!

Hay dos claves para entender la literatura de Jon Padgett. O, al menos, la que muestra en su colección de relatos El secreto de la ventriloquía. 

Lo primero es que el escritor nacido en Florida tuvo como mentor a nada menos que Thomas Ligotti, uno de los nombres imprescindibles de la literatura de terror del siglo XX. El legendario escritor, confeso predilecto del formato corto ante la novela larga, ha influenciado de manera obvia la obra de Padgett. No solo en conseguir un estilo uniforme tanto en temática dentro de una misma antología, sino en utilizar un objeto tan teóricamente inofensivo como el de una marioneta y su manera de darle voz para dar forma a un horror que transforme la realidad en una infinita ramificación de posibilidades a la hora de llevar a cabo la historia. 

Uno de los ejemplos más interesantes se encuentra en cómo Padgett, ventrílocuo profesional, propone en el relato troncal de la antología titulado ’20 pasos simples a la ventriloquía’ un manual de instrucciones para ser un ventrílocuo Supremo. No uno cualquiera, sino uno Supremo. Para ello se diferencian dos partes, una primera mitad orientada a ser un ventrílocuo estándar, principiante. A partir de ahí, queda en tu mano dar el paso y lograr que no solo tu maniquí sea controlable por ti, sino cualquier ser de tu alrededor. A costa de tu propia mente y la de los que te rodean. 

‘Infusorio’, relato relacionado en cierta manera con las instrucciones descritas previamente, nos cuenta la situación de una ciudad industrial en decadencia con un hollín salido de ninguna parte que cubre todo y a todos con consecuencias terribles. La manera de resolverlo parece estar relacionada con el fuego pero los resultados pueden ser terribles. Casi tan terrible como el relato que conocemos en ‘Susurros de una voz conocida’, donde en apenas unas páginas seremos testigos de la relación entre un niño que busca venganza y su hermano mayor. Un relato crudo y al grano, que merece ser leído aunque se lo único que leas de la antología. 

Con ‘El pantano cubierto’, tercer relato al que llega el lector si lee la antología de manera ordenada, es cuando empezamos a darnos cuenta de que Padgett en realidad sitúa la mayoría de sus relatos en un escenario similar. Los lugares, personas y situaciones comienzan a resultarnos familiares. Tan reconocible como el rompecabezas al que el autor nos somete en ‘Sueños Origami’, un relato donde las leyes de la física y la lógica se retuercen de manera imposible. Un relato que gana potencial leído dentro de la antología por lo reconocible que comienza a resultar llegado a este punto.

Uno de los grandes logros de Jon Padgett con El secreto de la ventriloquía es conseguir una antología temática donde todas las piezas del puzzle ganan poder y sentido según se van leyendo en el orden establecido en el volumen. Como era de esperar por parte de un ventrílocuo, Jon da voz a distintos personajes en unos lugares que, aunque de salida resultan amigables, posteriormente se dan la mano con el surrealismo y lo filosófico en un horror que asusta a la vez que por momentos repele al lector. Se trata de una obra que consigue lo que pretende: confundir, extrañar, aterrar, asustar y, definitivamente, alucinar. Una rareza que merece la pena descubrir.

miércoles, 13 de noviembre de 2019

Borja Bilbao reseña Porno religioso improvisado, de Laura Lee Bahr

Borja Bilabo nos trae hoy la reseña de Porno religioso improvisado, de Laura Lee Bahr, otra de las novelas nominadas a los Premios Guillermo de Baskerville (que, como sabéis, organizan desde Libros Prohibidos). ¡Espero que os guste!

Banda sonora de la reseña: Borja sugiere leer esta reseña escuchando From the Cradle of Enslave, de Cradle of Filth (YouTube) 

Apenas puedo creerme que ya hace más de cuatro años desde que leí Fantasma. La primera novela de Laura Lee Bahr, que al igual que Porno Religioso Improvisado llegó a nuestro país gracias a Orciny Press, fue toda una experiencia que, a pesar del tiempo que hace desde su publicación, sigo recomendando encarecidamente. Como añadido, aquella novela también sirvió para inaugurar una colección propia dentro del mismo sello editorial dedicada al Bizarro que, desde entonces, no ha dejado de dar alegrías con otro par de títulos publicados en digital que he tenido oportunidad de leer. 

Las expectativas son altas con la segunda obra de la autora y, en lo personal, no me ha decepcionado. Porno Religioso Improvisado, eso sí, no sorprende en su estructura y planteamiento como lo hacía Fantasma con aquella propuesta de Elige tu propia aventura pero elige todas a la vez. Sin embargo, muchos de los ingredientes siguen ahí y están colocados de una manera sumamente interesante que mantiene el interés a lo largo de la lectura. Esto, que en un principio significa una experiencia no tan inmersiva como la de aquella novela, se ve compensaba con una historia tan irónica como trágica.

La novela se divide en dos tramas, ambas separadas por unos pocos años. En la primera, situada en el pasado, nos ponemos en situación de Dominique Colt y el crimen que cometió al asesinar a su prometido y al amante gay de ambos durante uno de los juegos sexuales que acostumbraban a llevar a cabo. La historia de Colt sirve de inspiración para que años después Mads escriba un guion de una película basándose en el truculento suceso. Sin embargo, en la meca del cine las cosas no son fáciles y el sueño de Mads de contar con George Clooney como actor en su película no será nada sencillo. 

Para colmo, Mads tendrá que vérselas con la secta vampírica que está absorbiendo a uno de sus amigos. En paralelo, Mads se reunirá con gente que intenta prometerle financiación rápida para su proyecto, contactos dentro del difícil mundo de los representantes y, de paso, alguna proposición indecente que pueda acelerar el proceso de llevar a cabo su película.

Con apenas doscientas páginas, Porno Religioso Improvisado pone sobre la mesa numerosos temas, algunos aún tabú en el mundo actual en el que nos encontramos. Muchos de ellos pueden pasar desapercibidos gracias a la habilidad de Bahr para crear una trama adictiva, donde pasan muchas cosas todo el rato (esto me recuerda a Fantasma y la necesidad de pasar paginas para ver hasta dónde puede enrollarse la trama) y donde lo bizarro forma parte de manera natural del día a día de los personajes. 

Estad preparados, durante la lectura de la novela, para encontraros escenas de sexo de alto voltaje que no por ello dejan de tener su ironía y sus toques de humor. Suicidios que suceden de una página para otra. Un repaso, crítico, a los trapos sucios de Hollywood a la hora de querer llevar tus proyectos a cabo. Sectas que no dejan títere con cabeza con objeto de lograr sus ambiciones. Y todo ello en dos historias que se alternan hasta descubrir los detalles del crimen que conocemos desde la primera línea pero que no veremos materializarse hasta la última página. 

Como decía al principio, no es Porno Religioso Improvisado una novela que rompa esquemas y estructuras como lo hacía Fantasma. Es por ello un libro más accesible para iniciarse en la obra de Bahr o en el bizarro. Sin embargo, su medida longitud ayuda a pasar un muy buen rato leyendo una historia que se sigue con interés gracias a sus múltiples capas de lectura, todas ellas enfocadas a descubrirnos la realidad que se esconde detrás de cada uno de los individuos con los que nos cruzamos cada día. Porque, ¿quién no tiene un amigo vampiro nivel 3?

miércoles, 6 de noviembre de 2019

Borja Bilbao reseña El pescador, de John Langan

Es un placer volver a contar con Borja Bilbao en Sense of Wonder, sobre todo si es para reseñar una de las novelas nominadas a los Premios Guillermo de Baskerville 2019 (organizados primorosamente, como cada año, por Libros Prohibidos): El pescador, de John Langan. ¡Espero que os guste!

Banda sonora de la reseña: Borja sugiere leer esta reseña escuchando Moby Dick, de Led Zeppelin (YouTube, Spotify)

La añoranza por lo perdido, sea material o inmaterial, y el afán en buscar algo que sustituya ese hueco no físico que ha quedado en tu mente marca las principales líneas de El pescador. Uno de los comentarios más habituales cuando, de un día para otro, tu vida pierde sentido y tu brújula no es capaz de hacerte tomar ningún camino es que debes buscar un nuevo rumbo. Un nuevo objetivo en que ocupar tus pensamientos.

Abe, el protagonista de esta novela, encontrara en la pesca ese nuevo quehacer tras la muerte de su mujer poco después de casarse. Y junto a él su compañero de trabajo, Dan, quien recientemente perdió a su mujer e hijos en un trágico accidente de tráfico que aun visiona en cada cruce de caminos. La ausencia de derrotero por el que caminar por parte de ambos fuerza una relación que apenas va más allá de la mera formalidad y educación. Abe y Dan se suben a su coche buscando el mejor lugar donde pescar una buena pieza, en un intento de Abe por ayudar a su compañero. Dan no es inicialmente un gran admirador de esta actividad pero conforme se habitúa a ello se anima un poco más. 

Será durante el viaje al Arroyo del Holandés, lugar de múltiples leyendas que alimentan una truculenta historia, cuando paren a descansar en una estación de servicio donde el dependiente les interrogara sobre su destino y, tras su respuesta, les cuente una historia que en sí misma ya bien justifica una novela propia. 

El pescador son dos novelas en una. La historia que el camarero les cuenta no solo ocupa prácticamente la mitad del texto, sino que en sí misma contiene todos los elementos que uno puede esperar de una novela de terror. Su momento temporal difiere completamente del principal y cuenta la construcción de un embalse en las montañas cercanas a la ciudad de Nueva York con elementos sobrenaturales que nos traen recuerdos de películas del género recientemente aclamadas. Lo que sucedió en aquel lugar décadas atrás servirá para precipitar los acontecimientos del último tercio del libro donde la acción vuelve a hombros de Abe y Dan y el retorcido destino que les espera a ambos en el mencionado arroyo.

Cuenta Langan en la sección de agradecimientos que el libro le llevo más de una década escribirlo. Y esto tiene todo el sentido del mundo por cómo de cuidado esta un texto que sugiere y muestra a partes iguales, provocando rechazo e impresión según avanzan las páginas. Los elementos que nutren las dos historias de la novela son clásicos: monstruos, dioses, fantasmas, brujería, persecuciones raciales y religiosas, etc. Sin embargo, Langan nos lleva de unos a otros sin apenas dejar descanso al lector. Cuando, como lector, paras y repasas el último puñado de páginas leídas resulta impresionante la cantidad de piezas que han ido encajando en una historia tan completa. 

Con esto, cabe decir que El pescador no es una lectura fácil ni de rápida digestión. Sin apenas diálogos pero con una alta carga descriptiva, la novela requiere cierta atención y seguimiento de los acontecimientos donde, para completo disfrute, está prohibido avanzar página sin haber asimilado lo que el texto te ofrece. Esto no será bien recibido por todos los lectores pero a la vez le da identidad propia al relato. Un texto que, dicho sea de paso, cuenta con una espectacular traducción por parte de Alberto Chessa.

La editorial Biblioteca de Carfax nos trae a España el premio Bram Stoker de 2016. Una novela que gracias a una detallada narración ofrece una historia con todos los elementos de terror que uno puede esperar, encajados durante la mayor parte del texto con acierto, otros no tanto, dejando una lectura que para mí ha sido algo irregular en ritmo pero abrumadoramente evocadora en lo imaginativo. Por eso, y por ser una novela fuera de lo habitual, ya merece una oportunidad de ser disfrutada. El viaje al Arroyo del Holandés no os dejara indiferentes. Si sobrevivís.