lunes, 5 de noviembre de 2018

Cristina Jurado reseña Unholy Land, de Lavie Tidhar

Es para mí un placer poder ofreceros hoy esta reseña, escrita nada menos que por Cristina Jurado, de la nueva novela de Lavie Tidhar: Unholy Land. ¡Espero que os guste! Y recordad que podéis leer esta reseña también en inglés

Unholy Land de Lavie Tidhar: 
Viajar a través de la realidad fragmentada 

Banda sonora de la reseña: Cristina sugiere leer esta reseña escuchando una sesión de la DJ palestina Sama (YouTube).

Esta reseña es diferente a otras que he escrito a lo largo de los años y voy explicar por qué. A veces, una encuentra historias en un momento y lugar concretos que cambian la perspectiva sobre el tema tratado. Esto me ocurrió mientras leía Unholy Land de Lavie Tidhar, una copia para reseñar que mi amigo Elías me pasó y por lo cual le estoy muy agradecida. Veréis: cuando la novela llegó a mis manos en verano, estaba pasando unos días con mi familia política en el Líbano. Lo más increíble es que, cuando llevaba leída la mitad de la historia, unos amigos nos invitaron a visitarlos en el sur, en un pueblo llamado Qlayaa, a solo unos kilómetros de la frontera con Israel. Por la tarde, antes de volver a casa, nuestros anfitriones nos propusieron ir hasta la misma frontera, hasta Odaisseh, desde donde se puede ver Israel al otro lado de la valla. El contraste es impresionante: al otro lado, hay un paisaje perfectamente cuidado mientras que, en este, está visiblemente abarrotado y desorganizado. Vi a algunos visitantes tomarse fotos con los cascos azules italianos que patrullaban en la zona libanesa. Por un momento me identifiqué con el protagonista de Unholy Land, Tirosh, el autor de novelas mediocres porque también soy una escritora que trata de abrirse paso. Pero no es solo eso. Como él, muchas veces me siento entre dos mundos. En mi caso, la cultura occidental en la que crecí y la de Oriente Medio de mi marido. Tanto Tirosh como yo, pienso, compartimos la sensación de haber sido insertados con prisa en nuestras realidades.  Y aunque entiendo que ni soy personaje ni esta es mi historia, creo que las circunstancias en las que leí el libro influyeron enormemente en mi experiencia, y tenía que hacerlas explícitas.  

En Unholy Land, Tidhar elige un narrador en segunda persona para apelar inmediatamente a la audiencia. Es una jugaba arriesgada pero que me parece muy efectiva, e incluso más arriesgada si se tiene en cuenta que, más tarde, la alterna con la primera y tercera persona. Me parece una elección inteligente, pero no puedo revelar por qué sin hacer spoilers. 

La historia narra el viaje de un escritor mediocre a su país natal, un estado judío alternativo llamado Palestina y creado en África Oriental (en lo que sería hoy una parte de Kenia). Tidhar sigue los esfuerzos del húngaro Theordor Herlz a principios del siglo XX a la hora de establecer una tierra adecuada para los judíos en un territorio (supuestamente) no reclamado. Mientras que Tirosh regresa a su hogar para escapar de una pérdida inimaginable, la desaparición de su sobrina revela la violencia de un modelo político y económico colonial, así como la existencia de grietas en el espacio-tiempo.  Descubrimos una realidad fragmentada, no solo a través de Tirosh o del investigador especial Bloom (el hombre que lo sigue y la voz que conduce la historia) sino también a través de Nur, la agente que trata de restablecer el equilibrio en el continuum espacio-temporal. 

Confieso que me he divertido mucho con esta historia. Además de que me resultasen familiares las referencias culturales (hasta Líbano aparece brevemente), la propia dinámica de la fractura social -en esta Palestina alternativa se da entre africanos y palestinos-, es un territorio que cualquier persona que siga la actualidad va a reconocer. Muchos países están divididos ahora más que nunca entre distintos sentimientos nacionales, afiliaciones religiosas o posturas políticas. El resultado de todo esto es, precisamente, un estado de cosas permanentemente fragmentado, en el que cada grupo parece vivir en su propia realidad.

El toque mágico de Tidhar es el resultado de una prosa concisa y evocadora, una imaginación portentosa y la habilidad dar un toque a la conciencia social del lector. La historia fluye de manera agradable, como el humo de una pipa de agua, y en las descripciones el lector casi puede sentir el aroma de la canela, el comino y los piñones tostados en las calles de la ciudad de Ararat. Cualquier fan de la buena ficción especulativa con una pizca de novela negra, un poco de literatura pulp y mucho sentido de la maravilla disfrutará con Unholy Land, el viaje de Lavie Tidhar al poder de las posibilidades históricas. 

1 comentario:

  1. Me tenía confundido la portada, ya que calca el estilo de Estación central. Pero ya veo que es otra novela diferente. Y ojo, que suena bien. Lo especulativo con lo detectivesco siempre cuadra bien, y si no veáse Blade Runner. Espero que nos llegue :)

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