Pablo Bueno continúa con su serie de reseñas de los nominados a los Premios Guillermo de Baskerville, en este caso con un libro muy interesante: Jaulas de aire, de Arantxa Rochet. ¡Espero que os guste!
Banda sonora de la reseña: Pablo sugiere leer esta reseña escuchando Jail Cell, de Air (YouTube, Spotify)
Como ya se anunciaba aquí, durante el mes de octubre y noviembre estamos inmersos en el proceso de selección de los Premios Guillermo de Baskerville 2018 en la categoría de libro de relatos. La iniciativa, que parte de la web Libros prohibidos, cuenta ya con cinco ediciones a sus espaldas y su objetivo es otorgar un merecido reconocimiento a editoriales y autores independientes en distintas categorías.
Esta es la segunda reseña de las tres que tengo programadas y todas ellas estarán disponibles aquí, en Sense of Wonder. Una vez más le agradezco a Elías Combarro su amabilidad y su siempre generosa disposición. Por último, y ya como parte final del proceso de los premios, os recordamos que Libros prohibidos publicará el fallo del jurado que resultará de la valoración conjunta de sus integrantes.
Así que, sin más preámbulos, vamos con esta segunda reseña de los candidatos a los Premios Guillermo de Baskerville 2018 en la categoría de libro de relatos: Jaulas de aire, escrito por Arantxa Rochet y publicado por Ediciones Torremozas, una editorial que, por cierto, lleva desde 1982 apostando por la literatura escrita por mujeres.
En una ocasión leí acerca de un famoso experimento: unos investigadores colocaron a varios monos dentro de una jaula y dejaron unos cuantos plátanos en la parte superior. Sin embargo, cada vez que uno de los monos subía para cogerlos, se les aplicaba una ducha de agua helada a todos. Al cabo de un tiempo, cada vez que uno intentaba subir recibía una generosa ración de golpes por parte de sus propios compañeros. Entonces sacaron a uno de los monos y metieron a otro nuevo que, evidentemente, lo primero que hizo fue intentar subir a por los plátanos, con la consiguiente lluvia de mamporros. A los pocos intentos, el recién llegado entendió la lección. La cosa comienza a ponerse interesante cuando los investigadores retiraron a otro de los monos veteranos y metieron a uno nuevo. Este trató, como no podía ser de otro modo, de alcanzar los plátanos y los otros lo golpearon, incluido el que acababa de entrar antes que él. Al cabo de un tiempo, todos los monos veteranos habían sido sustituidos por otros que jamás habían recibido una sola ducha de agua fría, pero que cuando veían que uno intentaba ir a por los plátanos lo molían a palos.
Un poco en este sentido, Arantxa Rochet firma una antología cuyo título, tal y como yo lo interpreto, nos propone una serie de jaulas subjetivas creadas y mantenidas, por así decirlo, de un modo poco sólido. Tengo que decir que siempre me ha parecido interesante leer historias en las que los barrotes, los ladrillos y el hormigón de dichas prisiones están en nuestras cabezas, formando barreras más fuertes que las propias paredes que nos pudieran imponer. Y es que, en ocasiones los prejuicios, la costumbre o los comportamientos heredados funcionan con idéntica o mayor fuerza que los muros más robustos.
Otro de los nexos comunes de los relatos es incluso más interesante y tiene que ver con el modo en que la autora dilata y deforma algunas de las preocupaciones o tendencias actuales para explorar sus consecuencias en un posible escenario futurista extremo.
“Amistad” es uno de los relatos que más me han gustado de la colección y buen ejemplo de esto que comentamos. El tema central de esta historia es el consumismo, un tema, por cierto, recurrente en la antología y que, como señalábamos antes, constituye un problema y una preocupación vigente hoy en día. El modo en que la autora lo trata, aun desde la exageración, resulta coherente e interesante en su propio discurso, pues nos lleva hasta el punto de que las personas, niños en el enfoque concreto de este relato, están patrocinadas por distintas marcas. El desarrollo de la historia lo convierten en uno de los más redondos del libro. Algo tiene que ver también el final, a la altura del resto del relato, punto este que, a mi modo de ver, falla en algunos de los demás cuentos.
Otro de los más destacables es “Hogar, seguro hogar”. En él tenemos desde el comienzo una sensación opresiva, de encierro, y es posible que sea el que mejor captura la esencia que define el título. También, quizá, el que mejor refleja el hecho de adoptar comportamientos heredados sin pararnos a sopesar de forma crítica si tienen razón de ser o no, uno de los grandes males de la humanidad, en mi humilde opinión.
Pero, si en el anterior los personajes están, literalmente, confinados en cubículos diminutos y casi herméticos, “Respira” consigue una sensación aún más opresiva y es, con mucho, el más angustioso. Su punto de partida tampoco es algo que nos resulte ajeno: ¿hasta dónde llegarían las consecuencias de la contaminación? ¿Sería posible que hubiera que comprar el aire como si fuera un bien de consumo de distintas (y en algunos casos prohibitivas económicamente) calidades?
Como se puede apreciar, las ideas que nos presenta Rochet son sobradamente interesantes, sobresalientes en algunos casos. De hecho, quizá los dos puntos menos fuertes de la colección sean el modo en que concluyen dichas ideas y, sobre todo, la forma en que se desarrollan, en ocasiones demasiado inocente, evidente o directa.
No obstante, el libro tiene un claro valor como exploración de lo que podría ser, del crecimiento sin control del capitalismo, el consumismo o la manipulación. Algunos de los relatos bien podrían pasar por el esbozo de un capítulo de Black Mirror. Otros poseen un tono de denuncia social que resulta muy necesario en nuestro tiempo.
Algo posiblemente menor, pero que me ha resultado muy disfrutable es la imbricación que se percibe en algunos de los relatos entre sí. Sucede por ejemplo con algunos de los vocablos que Arantxa nos propone. Velocina, asfio o nicotinos, por ejemplo. Me ha resultado muy agradable encontrarme por primera vez con ellos, entender perfectamente su significado dentro del discurso y, posteriormente, volver a leerlos más adelante dentro de otra historia que amplía su significado.
En conclusión, Jaulas de aire constituye una de esas obras claramente de ideas que tiene coherencia en sí misma como colección de relatos y que aporta una serie de visiones posibles encaminadas a hacernos meditar sobre las consecuencias de lo que hoy está por crecer. Su lectura es ágil, rápida y no resulta monótona al tratarse de relatos bastante cortos. Mi valoración en Goodreads estaría cerca de las tres estrellas y media, por lo que solo nos queda esperar a lo que decida el jurado de estos Premios Guillermo de Baskerville 2018. ¡Estad atentos!
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