Pablo Bueno nos habla hoy de Encuentro fortuito, la primera entrega de la excelente serie de relatos La enseña del elefante y el guacamayo, de Christopher Kastensmidt. ¡Espero que os guste!
Banda sonora de la reseña: Pablo sugiere leer esta reseña escuchando Carry On, del grupo brasileño de heavy metal Angra (Spotify, YouTube)
Está claro que eso que llamamos Fantasía Épica —y todos sus derivados— llevan tiempo viajando hacia nuevos horizontes en busca de su emancipación de las leyes y los planteamientos que tan férreamente asentaron algunas de las obras clásicas de mitad del siglo pasado. En este sentido, la obra de la que vamos a hablar hoy supone un soplo de aire fresco por varias razones. La que primero llama la atención, sin ninguna duda, es el escenario: el Brasil de la época colonial.
Tengo que empezar diciendo que, desde que escuché que Sportula iba a publicar la serie de La enseña del elefante y el guacamayo, la obra pasó a estar entre aquellas a las que más ganas les tenía. Y la experiencia nos demuestra que, a menudo, las altas expectativas son peligrosas, pero en este caso la lectura no ha defraudado. De hecho, solo hace falta leer la breve biografía del autor que contiene el libro para entender que lo que tenemos entre manos va a ser interesante. Sin entrar en detalles, solo diremos que, tras dejar Intel en California, Kastensmidt viajó a Brasil para trabajar en un proyecto mucho más modesto y terminó de director creativo de Ubisoft. Ahí es nada.
El planteamiento de partida de la obra es relativamente sencillo: el holandés Gerard Van Oost llega a Brasil buscando la aventura que supone la caza de monstruos en sus territorios, todavía vírgenes. El azar lo pone en contacto con el esclavo africano Oludara, al que intenta liberar. A partir de ahí, la atmósfera tropical que Kastensmidt desarrolla nos envuelve y las páginas comienzan a pasar con más rapidez de lo que nos gustaría.
Es importante decir que el género que ocupa parece más centrado en la espada y brujería que en la épica, aunque siempre he pensado que las fronteras de ambos territorios, si bien están más o menos claras en la teoría, en la práctica se difuminan con mucha facilidad y frecuencia. También es cierto que hay algo en el aire de reflexión, incluso de exploración de la sociedad que plantea este Encuentro fortuito, que fuerza un poco las costuras del saco de dicho género. Pero que esto no nos lleve a engaño: el tono de la narración es fresco, ágil, poco dado, aparentemente, a reflexiones sesudas o a esas clases magistrales del narrador tan habituales en algunas de esas obras clásicas de las que hablaba antes. Las páginas, insisto, se nos van de entre las manos con una facilidad sorprendente.
Decíamos antes que lo primero que llama la atención de esta historia es el escenario y es que, sin duda, el Brasil colonial no había tenido todavía muchos visitantes dentro del turismo de la fantasía de espadas. Y, quede claro, el cambio es casi hasta rejuvenecedor, por no hablar de lo interesante que se nos muestra un folklore y unos mitos que a muchos nos resultan totalmente ajenos. Por otra parte, esa mezcla del territorio real con el imaginado es sumamente sugerente. La simbiosis entre el trabajo de recreación histórica y la fantasía que la historia exuda por todos los poros le sienta de maravilla. Casi hasta provoca un poco de nostalgia a lo Witcher en cuanto a sugerirnos un mundo, creo, que va perdiendo su inocencia o, al menos, su magia a manos del progreso inmisericorde de la humanidad. No puedo dejar de señalar también que incluso el periodo histórico en el que el autor centra la historia es, si bien no muy novedoso, al menos no tan explotado como el seudomedievo francés.
Es posible que se perciba una cierta dubitación en algunas de las afirmaciones que hago en esta reseña, pero es que este Encuentro fortuito es, al final, poco más que una presentación, una declaración de intenciones de la serie. Aunque es cierto que ya nos da una señal clara de por dónde van a ir los tiros, tanto en el tono, como en los ambientes. Y, francamente, pinta muy, muy bien. No he podido puntuarlo con cinco estrellas precisamente por ello: se me ha hecho tremendamente corto, es un prólogo que nos deja la miel en los labios y es que el formato de novela corta cada vez vende más y funciona mejor. Así que la conclusión de todo esto bien podría ser: “¡QUEREMOS MÁS Y LO QUEREMOS YA!”
Totalmente acertado el comentario y muy buena reseña. Gracias por hacerla, Pablo.
ResponderEliminarEsperándome anda por el Kindle, probablemente caiga este fin de semana. Tiene buena pinta poder explorar ese folclore brasileño. Me encanta esta nueva tendencia que se esta dando en nuestro país de apostar por productos un tanto diferentes. Un abrazo^^
ResponderEliminar¡Gracias, Juan! Celebro que te haya gustado.
ResponderEliminarMangrii, en cuanto tengas cinco minutos, ponte con ella. Verás que no te dura ni un suspiro y se te hace una lectura súper agradable.
Es diversión pura, con unos personajes encantadores; tiene razón Bueno en que su único defecto es la brevedad. Pero por suerte el autor ya lleva publicadas 8 entregas. Espero que esta tenga éxito y Sportula no tarde en traducirlas.
ResponderEliminar