lunes, 23 de enero de 2012

Diamond Dogs, Turquoise Days, de Alastair Reynolds

Aprovechando que estamos inmersos en la lectura grupal de Blue Remembered Earth recupero una reseña de otro libro de Alastair Reynolds, publicada originalmente en Estación de Nieblas. Al igual que ocurre con la reseña de Médula que rescaté la semana pasada, han pasado ya unos añitos desde que la escribí, así que algunos datos (sobre todo referidos a la publicación de las obras de Reynolds en español) están un poco desfasados. Sin embargo, mi opinión sobre esta obra es básicamente la misma, así que reproduzco la reseña sin cambios.



Alastair Reynolds es conocido en nuestro país por sus dos novelas Espacio Revelación y Ciudad Abismo, situadas en el mismo universo. Ambas tienen una considerable longitud y presentan varias subtramas que se van entrelazando hasta llegar a un resolución común de todas ellas. Sin embargo, Reynolds también se prodiga en extensiones más reducidas. Y con gran maestría, como demuestran las dos novelas cortas que tienen lugar en el universo de Espacio Revelación y se encuentran recogidas en Diamond Dogs, Turquoise Days.


El punto de partida de "Diamond Dogs" es el descubrimiento en el lejano planeta Golgotha de la Espira de Sangre, una misteriosa torre de origen desconocido y seguramente alienígena. En un comienzo al más puro estilo del mejor cine de aventuras o de ciertos cómics (como La liga de los hombres extraordinarios), el excéntrico y casi literalmente diabólico Richard Childe reúne a un grupo de personajes con distintas habilidades: una mercenaria, un piloto espacial, una brillante matemática, un especialista en implantes cibernéticos... Juntos emprenden una expedición - que recuerda a la de los peregrinos de Hyperion - para intentar desvelar los secretos de la Espira, una construcción repleta de trampas y enigmas que hace pagar caros los errores de cualquiera que se aventura dentro de ella.

El argumento es semejante a El laberinto de la luna de Algis Budrys, o películas como Cube o Indiana Jones, inspiración que el propio autor reconoce en una serie de inteligentes guiños y complicidades con el lector. Sin embargo, Reynolds consigue en esta historia un resultado mucho más satisfactorio que la (¿por qué no decirlo?) aburrida e insulsa novela de Budrys.

El inconfundible estilo del autor, en el que se mezclan terror, ciencia-ficción y escenarios góticos alcanza aquí cotas de auténtica perfección. El ritmo es vertiginoso, la sensación de misterio está excelentemente conseguida, los momentos de tensión y terror están perfectamente dosificados. La ambientación es inmejorable, con una torre amenazante, que resulta claustrofóbica, que parece viva porque seguramente lo está, que es sin duda inteligente pero carece de cualquier sentimiento de piedad. Los personajes también son fascinantes, especialmente el intrigante y retorcido Doctor Trintignant, que encarna lo mejor y lo peor de esa alianza impía de naturaleza y tecnología, de lo vivo y lo mecánico que rezuman todas las obras de Alastair Reynolds. Este siniestro personaje está obsesionado en grado superlativo con realizar implantes cada vez más extremos y sus modificaciones van transformando a los miembros del equipo para adaptarlos a los nuevos retos de la Espira de Sangre. El autor aprovecha este proceso para elaborar las imágenes más impactantes de toda la narración, en la que se suceden peligros insospechados, acertijos matemáticos y descubrimientos sorprendentes, hasta llegar a un final de los que se quedan grabados en la memoria.

El aficionado a Reynolds encontrará, como aliciente extra, apariciones laterales (que sirven de ambientación, más que otra cosa) de algunos elementos de otras novelas, como los Ultras, la Plaga o el Monumento a los Ochenta. Todo ello se conjuga para lograr una historia que se disfruta desde la primera a la última página, de esas que es prácticamente imposible dejar una vez que se ha comenzado a leer. Sencillamente una de las mejores novelas cortas que he leído nunca.

En "Turquoise Days" el ambiente gótico es sustituido por un entorno más poético, pero igualmente subyugante. Turquoise es uno de los planetas oceánicos en los que habitan los misteriosos Malabaristas de Formas, una especia alienígena que vive en el agua. La mente de aquellos que se sumergen a nadar en su proximidad es copiada y asimilada por los Malabaristas de Formas, formando una suerte de entidad comunal. Además, en muchas ocasiones los Malabaristas transforman a la persona que nada con ellos, a veces de manera sutil, a veces radicalmente, dándole capacidades especiales. Y en otras, el nadador simplemente desaparece sin dejar rastro.

Naqi Okpik vive en Turquoise y se dedica, junto con su hermana Mina, a investigar a los Malabaristas de Formas. Un día, descubre una formación especialmente extraña de Malabaristas y convencida por Mina, se sumerge junto a ella en el océano. La experiencia es maravillosa y excitante, pero cuando sale del agua se da cuenta de su hermana ha desaparecido. Años más tarde, Naqi sigue investigando a los Malabaristas cuando a Turquoise llega una nave espacial. Es un suceso infrecuente, ya que Turquoise es un mundo que ha elegido vivir en un relativo aislamiento. La llegada de esta nave y de su tripulación, también interesada en el estudio de los Malabaristas, trastocará completamente la vida del planeta con una serie de intrigas, conspiraciones y traiciones. En todo ello, Naqi se verá involucrada mientras aún intenta superar la pérdida de su hermana.

A diferencia de "Diamond Dogs" donde trama y decorado acaparan el protagonismo a partes iguales, en "Turquoise Days" el principal atractivo viene de las descripciones de los Malabaristas de Formas. Esta raza extraterrestre ya aparece en Espacio Revelación, rodeada de un halo de misterio. El reto para Reynolds, por tanto, es penetrar en ese misterio sin romper el encanto. Y lo consigue, porque "Turquoise Days" transmite perfectamente la sensación del encuentro con los Malabaristas, con esa mezcla de reverencia, curiosidad y temor ante lo desconocido y maravilloso. Así, la ambientación se convierte en el punto fuerte de este relato, en el que los acontecimientos son meras excusas para presentar un planeta bucólico, con sus ciudades flotantes y su océano inmenso, envuelto en el aura de fascinación de una intrigante especie alienígena.

Dos novelas cortas, en resumen, que vuelven a poner de manifiesto la capacidad de crear mundos sugerentes y la fecunda imaginación de Alastair Reynolds. Un lectura absolutamente recomendable para los que ya han conocido a este autor a través de sus novelas y una forma inmejorable de iniciarse en el fascinante universo de Espacio Revelación para aquellos que aún no lo conocen. Yo, por mi parte, estoy deseando leer cuanto antes Redemption Ark.

4 comentarios:

  1. Antonio de la Torre24 de enero de 2012, 19:36

    Éste va a caer bastante pronto, Odo, justo después de que lea 'The Dervish House' de Ian McDonald.

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  2. Estoy seguro de que te gustará, especialmente Diamond Dogs.

    En cuanto a The Dervish House, no es mi novela favorita de McDonald, pero sí que es muy recomendable.

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  3. Ya he leìdo todos los libros de Reynolds en español y me he quedado con una sensaciòn de vacio que intentarè llenar con algunas de las recomendaciones que has hecho aquì,odo.La verdad es que no conocì a este autor hasta el año pasado y fue una màs que grata sorpresa el hacerlo.Làstima que mi nivel de inglès no me permita leer sus otros libros con la fluidez que me gustarìa.

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  4. Creo haber leído que La Factoría tiene algún otro libro de Reynolds en preparación. En cualquier caso, yo siempre recomiendo animarse a leer en inglés. Al principio cuesta, pero merece la pena por el mundo de posibilidades que abre.

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