Felicidad Martínez |
Odo: La primera pregunta es obligada: ¿De dónde surge la idea de escribir un relato como "La textura de las palabras"?
Felicidad Martínez: Pues surgió de inmediato. Cuando Rudy me propuso que escribiera un cuento para Akasa-puspa, tuve clarísimo enseguida de qué lo iba a hacer. Y es que en cuanto mencionan a las ksatryas en la primera novela (apenas una línea) devoré ésa y las siguientes con la esperanza de que describieran una sociedad con esas características. No era la barbaridad que cuentan sobre lo que le hacían a las niñas lo que me impactó, sino tratar de imaginarme lo que sería crecer en un entorno así. ¿Cómo narices se organizan? ¿Cómo es posible que lleven siglos así? ¿De verdad es factible? Esas y otras tantas preguntas rondaban por mi cabeza, y al no obtener respuesta en las novelas originales, pues decidí, por mi propia salud mental, intentar descubrirlo.
La creación y desarrollo de sociedades, culturas, así como la lingüística son temas que me apasionan, y aquella era la ocasión perfecta para poner en práctica todo lo que he ido leyendo y aprendiendo durante todos estos años sobre este menester.
La creación y desarrollo de sociedades, culturas, así como la lingüística son temas que me apasionan, y aquella era la ocasión perfecta para poner en práctica todo lo que he ido leyendo y aprendiendo durante todos estos años sobre este menester.
Odo: Leyendo tu relato es imposible no acordarse de escritoras como Ursula K. Le Guin. ¿Es una de tus influencias? ¿Qué otros autores admiras y crees que han influido en tu obra?
FM: Siendo sincera, de Le Guin sólo he leído Los desposeídos. En principio lo tenía todo para que me gustara. Dos sociedades diferentes, un choque cultural... Pero la verdad es que no me entusiasmó demasiado. Mucha gente me mira raro cuando lo digo, pero a lo mejor es que yo soy así de rara. Qué le vamos a hacer.
Y en cuanto a quién admiro, pues a nadie en concreto. No tengo autores favoritos o novelas favoritas, como tampoco tengo películas favoritas, directores, grupos de música... Ahora bien, si hablamos de influencias, sí que es cierto que hay dos obras en concreto que me marcaron y mucho.
La primera, Los lenguajes de Pao de Jack Vance. La leí con dieciséis años y es probablemente el detonante que hizo que me interesara por todo lo relacionado con los idiomas, el aprendizaje del lenguaje y cómo éste es un reflejo tanto de la sociedad que lo utiliza como de la percepción que tiene ésta del mundo.
La segunda es Lengua materna de Suzette Haden Elgin (y su continuación, La rosa de Judas). La leí con veintipocos y quedé impresionadísima. De hecho, mientras escribía "La textura de las palabras" no podía evitar acordarme de ella una y otra vez. Quien haya leído Lengua Materna entenderá muy bien el porqué.
Mmm... Creo que sería injusto no mencionar Los señores del cielo de John Brosnan (la trilogía completa en realidad). Fue lo primero que leí de ciencia ficción con catorce añitos y si lo pienso ahora, detenidamente, hay mucho más de ellas en lo que escribo de lo que parece.
Odo: En "La textura de las palabras" dos de los temas centrales son la percepción y el lenguaje. ¿Por qué crees que la literatura de ciencia ficción es especialmente adecuada para explorar estos temas?
FM: No sé si es especialmente adecuada, pero sí que es cierto que el desarrollo de estos temas sólo los he visto en ciencia ficción y que es uno de los motivos por los que adoro este género.
¿Por qué no sucede lo mismo en las novelas de fantasía, por ejemplo? Pues no lo sé. Tal vez porque la cifi busca el sentido de la maravilla, descubrir la rareza, lo insólito; comprender el porqué de las cosas y la importancia de la perspectiva, mientras que la fantasía da por hecho lo extraordinario. Lógica y fe, supongo. En un género el porqué es importante, en otro irrelevante.
Odo: Otro de los elementos fundamentales de tu relato es el conflicto entre hombres y mujeres. ¿Piensas que las situaciones que se dan en el mundo de los ksatryas son extrapolables a nuestra sociedad actual? ¿Qué opinas sobre las corrientes feministas dentro de la ciencia ficción?
FM: Hombre, conflicto lo que se dice conflicto, no hay. Tienen unos roles muy marcados y diferenciados. Algo que, en efecto, nuestra sociedad aún conserva en buena parte y eso que se ha avanzado mucho en los últimos sesenta/setenta años. Claro que hablo de la sociedad que conozco. En muchas partes del mundo podemos descubrir situaciones muy parecidas a las que se describe en el relato.
Sí que recuerdo que terminé de escribir el cuento muy cabreada. No porque el sistema al
que estaban sometidas fuera pura barbarie, sino porque, en efecto, el mecanismo de supervivencia que habían desarrollado a través del lenguaje para no volverse locas en un entorno tan hostil estaba muy arraigado y era muy, muy parecido al que han desarrollado las mujeres a lo largo de los siglos. Un autoengaño para nada piadoso y, lo peor, si alguien liberara a las ksatryas, el rechazo de éstas hacia sus salvadores sería brutal. Algo que, desgraciadamente, veo mucho hoy en día y más cerca de lo que creemos.
En cuanto a qué opino de las corrientes feministas en la ciencia ficción, pues poco puedo aportar dado que no tengo datos o referencias. Si ha caído algo en mis manos y no he echado pestes por la boca al leerlo, es que el autor o autora lo ha contado bien; que al fin y al cabo es lo que importa. No soporto que intenten "aleccionarme".
La verdad es que no me gustan nada de nada las etiquetas. De la misma forma que me produce urticaria cuando leo algo y pienso "se nota que esto lo ha escrito un tío" o "se nota que lo ha escrito una tía". No debería importar qué tiene entre las piernas la persona que escribe la historia, ni si lo que cuenta intenta hincharme el ego como mujer o no, y mucho menos aún en la ciencia ficción. Al menos para mí.
Vamos, que no puedo evitar preguntarme ahora mismo que si mi relato lo hubiera escrito un tío, ¿alguien se habría sentido ofendido/a por las barbaridades que sueltan algunas de las protagonistas por la boca? Ahí lo dejo.
FM: Siendo sincera, de Le Guin sólo he leído Los desposeídos. En principio lo tenía todo para que me gustara. Dos sociedades diferentes, un choque cultural... Pero la verdad es que no me entusiasmó demasiado. Mucha gente me mira raro cuando lo digo, pero a lo mejor es que yo soy así de rara. Qué le vamos a hacer.
Y en cuanto a quién admiro, pues a nadie en concreto. No tengo autores favoritos o novelas favoritas, como tampoco tengo películas favoritas, directores, grupos de música... Ahora bien, si hablamos de influencias, sí que es cierto que hay dos obras en concreto que me marcaron y mucho.
La primera, Los lenguajes de Pao de Jack Vance. La leí con dieciséis años y es probablemente el detonante que hizo que me interesara por todo lo relacionado con los idiomas, el aprendizaje del lenguaje y cómo éste es un reflejo tanto de la sociedad que lo utiliza como de la percepción que tiene ésta del mundo.
La segunda es Lengua materna de Suzette Haden Elgin (y su continuación, La rosa de Judas). La leí con veintipocos y quedé impresionadísima. De hecho, mientras escribía "La textura de las palabras" no podía evitar acordarme de ella una y otra vez. Quien haya leído Lengua Materna entenderá muy bien el porqué.
Mmm... Creo que sería injusto no mencionar Los señores del cielo de John Brosnan (la trilogía completa en realidad). Fue lo primero que leí de ciencia ficción con catorce añitos y si lo pienso ahora, detenidamente, hay mucho más de ellas en lo que escribo de lo que parece.
Odo: En "La textura de las palabras" dos de los temas centrales son la percepción y el lenguaje. ¿Por qué crees que la literatura de ciencia ficción es especialmente adecuada para explorar estos temas?
FM: No sé si es especialmente adecuada, pero sí que es cierto que el desarrollo de estos temas sólo los he visto en ciencia ficción y que es uno de los motivos por los que adoro este género.
¿Por qué no sucede lo mismo en las novelas de fantasía, por ejemplo? Pues no lo sé. Tal vez porque la cifi busca el sentido de la maravilla, descubrir la rareza, lo insólito; comprender el porqué de las cosas y la importancia de la perspectiva, mientras que la fantasía da por hecho lo extraordinario. Lógica y fe, supongo. En un género el porqué es importante, en otro irrelevante.
Odo: Otro de los elementos fundamentales de tu relato es el conflicto entre hombres y mujeres. ¿Piensas que las situaciones que se dan en el mundo de los ksatryas son extrapolables a nuestra sociedad actual? ¿Qué opinas sobre las corrientes feministas dentro de la ciencia ficción?
FM: Hombre, conflicto lo que se dice conflicto, no hay. Tienen unos roles muy marcados y diferenciados. Algo que, en efecto, nuestra sociedad aún conserva en buena parte y eso que se ha avanzado mucho en los últimos sesenta/setenta años. Claro que hablo de la sociedad que conozco. En muchas partes del mundo podemos descubrir situaciones muy parecidas a las que se describe en el relato.
Sí que recuerdo que terminé de escribir el cuento muy cabreada. No porque el sistema al
que estaban sometidas fuera pura barbarie, sino porque, en efecto, el mecanismo de supervivencia que habían desarrollado a través del lenguaje para no volverse locas en un entorno tan hostil estaba muy arraigado y era muy, muy parecido al que han desarrollado las mujeres a lo largo de los siglos. Un autoengaño para nada piadoso y, lo peor, si alguien liberara a las ksatryas, el rechazo de éstas hacia sus salvadores sería brutal. Algo que, desgraciadamente, veo mucho hoy en día y más cerca de lo que creemos.
En cuanto a qué opino de las corrientes feministas en la ciencia ficción, pues poco puedo aportar dado que no tengo datos o referencias. Si ha caído algo en mis manos y no he echado pestes por la boca al leerlo, es que el autor o autora lo ha contado bien; que al fin y al cabo es lo que importa. No soporto que intenten "aleccionarme".
La verdad es que no me gustan nada de nada las etiquetas. De la misma forma que me produce urticaria cuando leo algo y pienso "se nota que esto lo ha escrito un tío" o "se nota que lo ha escrito una tía". No debería importar qué tiene entre las piernas la persona que escribe la historia, ni si lo que cuenta intenta hincharme el ego como mujer o no, y mucho menos aún en la ciencia ficción. Al menos para mí.
Vamos, que no puedo evitar preguntarme ahora mismo que si mi relato lo hubiera escrito un tío, ¿alguien se habría sentido ofendido/a por las barbaridades que sueltan algunas de las protagonistas por la boca? Ahí lo dejo.
Odo: ¿Estás trabajando actualmente en algún relato o novela? ¿Puedes darnos algún avance en exclusiva de tus próximos proyectos?
Colocar los relatos va a ser difícil. La distancia corta no se me da bien. Aplaudo a quien es capaz de escribir menos de quince mil palabras, la verdad. En cuanto a las novelas... Pues a ver si hay suerte.
Odo: ¿Dónde pueden nuestros lectores averiguar más sobre ti y tu obra?
FM: Uf. Difícil. Muy difícil. Siempre me ha dado mucha vergüenza presentar algo para publicar, así que pocas veces me he atrevido a enviar algo de todo lo que tengo.
Portada de Axxon nº 159 |
Y si a alguien le interesa conocer mi faceta como máster de rol, pues le recomiendo que lea la entrevista que me hicieron en noviembre del año pasado en El reclinatorio de su eminencia.
Odo: ¿Alguna otra cosa que quieras añadir?
FM: Pues sí. Me gustaría darle las gracias a Sportula por haber creído en mí y publicarme "La textura de las palabras". Cuando estaba dispuesta a tirar la toalla y dejar de escribir, se me ofreció esta gran oportunidad. Cómo no agradecerlo.
Y para todos aquellos que han leído mi relato y les ha gustado, espero seguir encontrando hueco para contar mis historias y, por supuesto, que las disfruten tanto como yo he disfrutado en el proceso de escribirlas.
Odo: Muchas gracias por tu tiempo y por tus respuestas y suerte con todos tus proyectos.
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