Banda sonora de la reseña: Sugiero leer esta reseña escuchando Butterfly on a wheel de The Mission (Spotify, Youtube).
Sé que dentro de mi Operación Celsius me había propuesto leer Pashazade de Jon Courtenay Grimwwod. Sin embargo, el hecho de que se tratara del primer libro de una trilogía me echaba un poco para atrás. Además, la primera frase de Stamping Butterflies era tan redonda que decidí cambiar mi elección inicial y leer esta otra novela:
Someone had taken the fate of the world and tossed it onto a chair and somebody else had dumped it under a table, where it remained until a thin, grey-haired tramp picked up the paper, wiped off the worst of the grime and spread it out.
Es éste un comienzo que muestra perfectamente el estilo de Grimwood en esta novela: una prosa brillante, cargada de metáforas e insinuaciones, que a veces es necesario releer con detenimiento para captar todo su significado. Un estilo atractivo, pero también complejo y, en ocasiones, un tanto críptico.
A la dificultad de desvelar la información que Grimwood nos ofrece casi siempre de forma parcial o incluso engañosa, se une una estructura que tampoco resulta sencilla: tres líneas temporales separadas (algo que parece ya la marca de la casa de la ciencia ficción británica moderna) con sólo unos ligeros puntos en común que se narran en capítulos alternos. Las historias de cada una de las tramas, además, no discurren de forma lineal, sino que están plagadas de saltos hacia adelante y hacia atrás, lo que hace necesario que el lector esté aún más atento si cabe.
De estas tres líneas temporales la más interesante es, en mi opinión, la que transcurre en el presente, centrada en el intento de asesinato del presidente de los Estados Unidos en su visita a Marrakech y en las misteriosas circunstancias que rodean al Prisionero Cero, autor del fallido atentado. Ésta historia es matizada (iba a decir "iluminada", pero faltaría a la verdad) por los hechos acontecidos unas décadas atrás también en el propio Marruecos e influida, en cierto modo, por la vida del emperador de un conglomerado de mundos en forma de esfera de Dyson que tendrá lugar unos cuantos milenios en el futuro.
Grimwood, deliberadamente, juega al engaño con el lector desde esa primera frase (que, una vez terminado el libro, puede interpretarse en nuevas formas) y, aunque va revelando los hechos fundamentales para la compresión de la historia, deja siempre suficientes ambigüedades como para que nos preguntemos si nos está tomando un poco el pelo. Según avanzan los capítulos, uno se va temiendo que ese momento en el que todas las piezas del puzzle encajan para dar un sentido a todos los acontecimientos nunca va a llegar. Y se podría decir que es así. En cierto modo. O quizá no.
Stamping Butterflies es, como podéis deducir, una novela ambiciosa y abierta a múltiples interpretaciones. Bellamente escrita, con descripciones evocadoras y personajes muy sólidos. Con momentos brillantes y en claro diálogo con algunos de los clásicos modernos de la ciencia ficción. Pero por todo ello, resulta un tanto fallida, especialmente en lo que se refiere a la trama. Recomendable para quien guste de las novelas que requieren de la complicidad y el esfuerzo del lector y para todos aquellos que disfruten de una buena prosa, pero en modo alguno imprescindible.
Una gran reseña. Veo que el estilo de Grimwood es el de complicar las cosas y escribir de forma casi incomprensible. Imposible leer rápido una de sus novelas, es como caminar descalzo por un camino lleno de piedrecitas, no puedes ir rápido.
ResponderEliminarSí, parece que es la marca de la casa. A mí no me acaba de convencer, pero...
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