lunes, 19 de febrero de 2018

Antonio Díaz reseña We Are All Completely Fine, de Daryl Gregory, y Every Heart a Doorway, de Seanan McGuire

Antonio Díaz inaugura la nueva era de Sense of Wonder con una reseña doble: We Are All Completely Fine, de Daryl Gregory, y Every Heart a Doorway, de Seanan McGuire, dos novelas cortas entre las que ha encontrado algunas similitudes interesantes. ¡Espero que os guste!

Banda sonora de la reseña: Antonio sugiere leer esta reseña escuchando We Are All a Mighty Fine Mess, de B&E (Spotify)

De un tiempo a esta parte leo más y más novelas cortas. Ciertamente antes no leía casi ninguna, pero entre mi salto al inglés y la campaña de Tor.com se están convirtiendo en una parte integral de mi rutina lectora. Además, esta moda de novelas cortas se está extendiendo (espero que con éxito) al mercado nacional, y hay varias editoriales que se han sumado al carro en mayor o menor medida.

Las novellas tienen la ventaja de que los autores pueden arriesgarse más con planteamientos más extremos o ideas que quizá no funcionarían en un formato largo. Por ejemplo protagonistas inusuales, mezclas de géneros o experimentos narrativos, etc. En resumen, son un buen añadido para el lector habitual de novela larga. Hoy traigo una especie de reseña comparada entre dos obras:

We Are All Completely Fine es una novela corta escrita por Daryl Gregory protagonizada por un grupo de terapia para supervivientes de eventos sobrenaturales. Los protagonistas han sido víctimas directas de diferentes accidentes, casualidades y ataques en los que siempre hay un poderoso factor sobrenatural. Estos eventos van desde casos con clara inspiración lovecraftiana a ataques de asesinos rituales. Marcados y heridos física y emocionalmente, los supervivientes se reúnen en terapia para tratar de lidiar con los eventos traumáticos que han vivido y las secuelas que les han dejado.

En Every Heart a Doorway, de Seanan McGuire, la Tierra está conectada con multitud de mundos o realidades distintas. Esas conexiones, en forma de puertas o entradas, aparecen inexplicablemente delante de niños de diferentes edades (que las cruzan) y luego se cierran sin dejar rastro. A veces no se vuelve a saber de esos niños, pero otras veces vuelven... cambiados. Para los niños que tienen problemas para adaptarse de nuevo al mundo “real” existe un lugar llamado “Eleanor's Home for Wayward Children”, donde los afligidos familiares pueden llevar a estos jóvenes para que sean “tratados”.

En ambas novellas nos encontramos ante un recurso parecido, el mashup metaficcional. Los autores escogen dos temas dispares y los mezclan para dar lugar a algo nuevo. Gregory escoge a los grupos de autoayuda y los ataques sobrenaturales (tan propios de los relatos y películas de terror) mientras que McGuire escoge las clásicas historias de fantasía de otros mundos (como Narnia, Fillory, los mundos de las Crónicas de Ámbar, Alicia en el País de las Maravillas, etc.) y una escuela para niños “especiales”.

Tanto el uno como el otro han construido sus novellas en base a tropos conocidos y muy usados con el objetivo de ir un paso más allá. Confían en el conocimiento que los lectores ya tienen sobre los temas que tratan para pasar de puntillas respecto a la mayoría de las explicaciones. Quizás McGuire es un tanto más expositiva, pero también es verdad que su trabajo de crear un trasfondo es más intenso. Resulta más complejo crear varios mundos completos (con sus reglas, folclore y sociedades internas), que referenciar argumentos de películas de terror. Sin embargo, ambos prueban la fórmula con un notable éxito. Las novellas comienzan en una suerte de in media res. Los personajes tienen un pasado (traumático) y la historia comienza con todos reunidos, (en We Are All Completely Fine, literalmente) hablando de sus diferentes experiencias.

De este modo, para poder aprovechar al máximo estas ideas tan ingeniosas, McGuire y Gregory presentan varios personajes cada uno. Siempre hay una especie de protagonista (nunca demasiado claro), pero el narrador presta atención a todos los personajes intervinientes.

La mezcla de fantasía y terror en un escenario urbano funciona muy bien en ambas obras. Lo que les ha pasado a los personajes (tanto a los niños que cruzan las puertas como a las víctimas de sucesos sobrenaturales) es imposible. Nadie les cree y se encuentran confusos y desvalidos. Prácticamente ninguno acepta su situación actual; algunos luchan por superarla, otros, por olvidarla otros; casi todos por revivirla o regresar a ella, por devastadora que fuera. Hay un estudio profundo sobre el “no encajar” en las obras de Gregory y McGuire. Esta última, particularmente, presta mucha atención al desarrollo de la personalidad y la necesidad de cada uno de definirse y encontrarse a sí mismo. Gregory se centra más en la depresión, la superación y la fuerza que tiene tener a otros cerca de ti que te comprendan y te ayuden cuando tú estés listo para recibir esa ayuda.

Estoy convencido de que no soy el primero que ha leído ambas obras y ha visto varios hilos que las unen, pero sinceramente pienso que son un gran complemento la una de la otra.

Every Heart a Doorway es la primera de tres novellas: Down Among the Sticks and Bones (una suerte de examen de dos de los personajes) y Beneath the Sugar Sky (continuación más o menos directa de la primera novela corta). 

We Are All Completely Fine tiene una precuela, titulada Harrison Squared, centrada en los orígenes del personaje que le da nombre. Harrison Squared es un poco larga para ser novela corta, aunque no sé si lo suficiente para ser  novela.

Incluso Harrison Squared y Down Among the Sticks and Bones tienen similitudes. Ambos autores aprovechan la oportunidad para centrarse más profundamente en uno o dos de los personajes más interesantes de las obras originales. La novella de McGuire es mucho más poética y conduce al lector por un viaje de autodescubrimiento arrebatador. Me parece superior incluso que la obra original, gracias a la prosa de la autora, que pinta un escenario sugerente, atractivo y casi onírico en algunos casos. Gregory toma un camino más convencional, acercándose a un estilo de novela de detective sobrenatural más clásica y que yo consideraría directamente YA.

Ahora que Every Heart a Doorway va a salir en castellano, siempre es un buen momento para vincularla a otras obras parecidas para aquellos que os hayáis animado con ella tengáis información para decidir por donde seguir si os apetece leer más sobre el tema.

1 comentario:

  1. Si ya estoy deseando leer en castellano Every Heart a Doorway, me apunto de cabeza la de Daryl Gregory. Me encantan los universos de metaficción, y ver como conjugan temáticas a la vista tan dispares y trilladas en algo nuevo, me resulta interesante y digamos atractivo de por si. Un abrazo :)

    ResponderEliminar