No es ningún secreto que en Sense of Wonder somos muy fans de Claire North. Por eso, seguimos con expectación cada nueva novela que publica. Hoy, Borja Bilbao nos habla de la más reciente: 84K. ¿Habrá estado estado a la altura de lo esperado? ¡Seguid leyendo para averiguarlo!
Banda sonora de la reseña: Borja sugiere leer esta reseña escuchando Dystopia, de Megadeth (Spotify, YouTube)
Desde la aparición en castellano de Las primeras quince vidas de Harry August, somos muchos los que pusimos nuestra atención en Claire North. Sus siguientes novelas, entre las que se encuentra la reciente ganadora del World Fantasy Award, La súbita aparición de Hope, no hicieron más que reafirmar nuestra posición. Sin embargo, también es bastante común la opinión de que El final del día, publicada el pasado año, supuso un ligero freno en dicha popularidad. El cuarteto de novelas centradas en los súper poderes que ciertas personas adquieren sin desearlo se cerró en falso momentáneamente el año pasado, aunque algo me dice que no tardaremos mucho tiempo en ver una historia relacionada en poco tiempo.
84K, la nueva obra de Claire North, se aleja de estos parámetros y se adentra claramente en el terreno distópico. Al menos en su concepción inicial. Me entenderéis más adelante. Theo Miller, el protagonista de la novela, es una especie de auditor de crímenes. Su trabajo consiste en cuantificar, monetariamente, el valor de los delitos que se cometen en el Londres en que se sitúa la historia. Hace un tiempo ya que el gobierno de Inglaterra llegó a un acuerdo con una corporación para que sea ésta la que regule la vida diaria de los ciudadanos, privatizando hasta lo más mínimo, y haciendo que la dependencia del dinero sea clave ya no para vivir mejor, sino para la vida mismamente.
Capitalismo en su máxima expresión. Llevado hasta el límite. Cualquier servicio, acceso o delito tiene un precio. Y si no puedes pagarlo, no lo tienes. Si has cometido un delito y no tienes dinero, tu destino será un centro de trabajo de donde no podrás salir hasta que la corporación lo considere. Pero, ¿y si puedes pagarlo? Entonces eres libre de matar, robar o cualquier otro acto violento o de cualquier tipo.
En un momento dado, a Theo Miller le caerá un caso que no va a poder rechazar por claros motivos personales y que le va a llevar a indagar en las cloacas de la corporación y sacar los trapos sucios que se cuecen allí dentro. Para contarnos esta investigación, la novela se sirve de dos líneas temporales, una actual y otra situada en torno a 15 años en el pasado. La trama del pasado es la que más texto ocupa, dado que es donde veremos todo el relato de lo sucedido durante la investigación de Theo Miller. La del presente se centra más en las consecuencias de aquellos hechos.
Ahora que ya conocéis un poco más de qué va 84K diré que mi sensación final es que la novela me ha aburrido sobremanera. Pero con matices.
Dividiría mi opinión en dos partes. En la primera, incluiría casi toda la primera mitad de la novela y la definiría como magnífica. Un reencuentro con la mejor Claire North, detallando hasta qué extremos llega el capitalismo salvaje de este Londres que, por otro lado, es altamente reconocible. Conoceremos con detalle el trabajo de Theo, su relación con el caso que marcara el resto de la novela y, en definitiva, una construcción de mundo que me atrapó rápidamente.
Sin embargo, una vez tenemos el mundo, tenemos el caso, y comienza la investigación, la novela se vuelve extremadamente aburrida. Por un lado, la cada vez más predominante trama situada en el presente, que no aporta nada significativo a la historia y que entorpece y ralentiza la lectura una barbaridad. Por otro, la propia investigación del caso, que no termina de cuajar. 84K se convierte en un thriller correcalles que olvida toda la profundidad del mundo creado en el inicio de la novela. Y, claramente, eso no es lo que la novela prometía. Todo el entramado familiar, lleno de parentescos, traiciones, persecuciones, etc., hace perder el interés ganado a una velocidad impensable durante la primera mitad. Y lo peor es que dado el embrollo argumental en el tramo final conviene no dejar la lectura para más adelante porque puede resultar casi imposible reengancharse.
Dicho todo esto, está claro que mi opinión sobre 84K no es buena. O, al menos, no lo es en el global, porque el inicio es prometedor y el estilo de North sigue ahí, con sus frases inconclusas, sus idas y venidas temporales, y esa informalidad en la manera de contar las cosas que tanto me gustó en anteriores obras. Sin embargo, esta nueva entrega no remonta el nivel dado en su anterior novela, lo que supone una decepción para todos los que la venimos siguiendo desde hace tiempo y que buscábamos una novela redonda. Seguiremos a la espera de volver a leer a la mejor Claire North.
Parece que la señorita North esta de capa caída últimamente. Pero nosotros la seguiremos queriendo por su simpatía y la seguiremos leyendo pese a todo :)
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