Después de publicar hacer un par de semanas la entrevista que Leticia Lara le realizó a Emma Newman, tenemos hoy el placer de ofreceros la reseña que Borja Bilbao ha hecho de la más reciente novela de la autora: Atlas Alone. ¡Espero que os guste!
Banda sonora de la reseña: Borja sugiere leer esta reseña escuchando The Robots, de Kraftwerk (Spotify, YouTube)
Me cuesta mucho ser imparcial con una reseña de Emma Newman y su saga de libros Planetfall. Los tres primeros libros de la serie me parecen de lo más destacable de los últimos años en la ciencia ficción. No solo porque estén escritos maravillosamente bien y te lleven de página en página sin apenas darte cuenta, sino también por la amplitud de temáticas que aborda.
Desde la primera entrega, Planetfall, Newman nos ha llevado a un futuro apenas lejano donde, sin embargo, la humanidad ya se ha asentado en un planeta como Marte. Como pudimos ver en After Atlas, los acontecimientos en la Tierra llevan al ser humano a condenarse para la eternidad. Before Mars, por otro lado, mezcla la complicada vida diaria en el planeta rojo con la añoranza por una vida anterior en nuestro actual planeta. Como nexo común entre todas estas historias se suceden reflexiones sobre cómo la religión, el sistema económico o las decisiones políticas han afectado el devenir del ser humano, y cómo las enfermedades mentales y la estabilidad afectan al individuo más de lo que a día de hoy podremos prever.
Atlas Alone continúa la senda de rememorar cómo era la vida anterior a que los habitantes de la Tierra terminaran por acabar los unos con los otros. En esta cuarta entrega de la serie de novelas teóricamente independientes, Newman utiliza nuevamente personajes ya conocidos pero en momentos temporales distintos. Es recomendable (no imprescindible, aunque te va a desvelar mucho de lo que sucede) la lectura de After Atlas para un completo entendimiento de algunos de los actos que se relatan y que llevaron a nuestra protagonista a la situación que se describe.
Dee Whittaker es una mujer de 43 años que ya conocíamos de aquella entrega. Se encuentra en una nave en un viaje de 20 años junto a otras diez mil personas. Hace apenas seis meses consiguieron escapar de la Tierra poco antes de que la guerra nuclear que asoló el planeta comenzara. Ese hecho atormenta a Dee, quien intenta encontrar quién de los actuales habitantes de la nave dio la última orden para comenzar la guerra antes de dejar atrás el planeta. Sin embargo, la estructura de la nave dificulta mucho su investigación: se encuentran divididos en pequeños bloques y apenas puede relacionarse con aquellos que comparten bloque. Solo la tecnología permitirá llevar a cabo una investigación de incierto final.
Toda la tecnología de la nave nos resulta conocida para aquellos que hayamos leído alguna de las novelas de la saga. La particularidad de Atlas Alone está en la incursión de Dee en mundos de realidad virtual, donde los habitantes de la nave compiten entre sí con el objetivo de aliviar un viaje tan largo. Estos juegos, aparentemente inofensivos y sin consecuencias en la vida real, son el hilo principal de la trama cuando algunas de las acciones de Dee tienen un impacto directo en la realidad de aquellos con quien comparte viaje.
Gran parte de la novela, casi la mitad, transcurre en estos mundos de realidad virtual. Esto da lugar a que Newman dedique buena parte de esta trama a reflexionar sobre cómo los seres humanos actuamos de forma distinta según estemos en realidad virtual o no, y cómo nuestras acciones varían significativamente según sepamos si tiene consecuencias o si alguien nos puede reconocer fuera del mundo creado artificialmente. La parte negativa de estos viajes es el propio transcurrir de la aventura en esos mundos, en los que la protagonista apenas encuentra problemas para sortear cualquier impedimento. Lo que vendría siendo un videojuego en formato aventura gráfica sencillo y sin demasiado reto para el jugador.
La búsqueda de los causantes del cataclismo en la Tierra por parte de Dee centra gran parte del argumento de la novela. Sin embargo, Newman vuelve a dar importancia a la faceta humana, poniéndose en la situación de una persona que tiene que abandonar repentinamente el planeta donde ha crecido. La añoranza por sus seres queridos y los recuerdos del pasado dan la profundidad al personaje a la que estamos acostumbrados con los libros de esta autora.
Más allá de estos elementos reconocibles en la obra de Emma Newman que aquí vuelven a hacer acto de aparición, Atlas Alone me parece la novela menos potente y profunda de la saga hasta el momento. Lo que viniendo de donde venimos es algo que en cualquier momento tenía que pasar. Recordemos que los tres libros anteriores son súper recomendables. Dee es un personaje interesante, que ahonda nuevamente en los temas que a Newman más le gusta tratar, y lleno de sentimientos, mientras que la nave resulta un lugar con un potencial casi ilimitado para futuras historias. El desarrollo de la novela, sin embargo, no tiene ni la complejidad ni el factor sorpresa de las entregas anteriores. Se trata, por tanto, de un libro que tienes que leer si has leído los volúmenes previos, pero no recomendable como primer acercamiento a la obra de Newman.
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