jueves, 27 de junio de 2013

El libro de los portales, de Laura Gallego


Banda sonora de la reseña: Sugiero leer esta reseña escuchando "Soy minero" de Antonio Molina (Spotify, Youtube).

Si en el Festival Celsius del año pasado hubo alguien que rivalizara en popularidad con George R.R. Martin, aunque fuera mínimamente, esa fue Laura Gallego. Por supuesto, ya conocía su enorme éxito entre los jóvenes, pero saberlo es una cosa y presenciarlo en directo, otra bien distinta. Así que me quedé con las ganas de averiguar si realmente era para tanto y cuando me enteré de la publicación de El libro de los portales (que tiene un planteamiento, si no muy original, al menos bastante interesante) me decidí a comprobarlo. Tras leer 150 páginas de la novela no encontré razón alguna para seguir más allá. Ni para justificar la popularidad de Laura Gallego.

Lo primero que llama la atención de esta obra es que no parece escrita por una autora con experiencia. Gallego ya no es ninguna jovencita y tiene a sus espaldas varias docenas de libros. Sin embargo, en lo que he podido leer me he encontrado con errores y problemas que podrían ser justificables en un escritor que comienza, pero no a estas alturas de una carrera literaria: el estilo es francamente pobre; los personajes son poco interesantes y están llenos de contradicciones en sus motivaciones; la trama es previsible y carente de tensión.

Todo ello sería razón más que suficiente para que el libro dejara de interesarme a los pocos capítulos. Pero es que además se unen una serie de escenas puntuales que me han parecido, simplemente, inadmisibles. Una de ellas no la revelaré, aunque quizá es de las más ridículas, por si acaso alguien se anima, a pesar de todo, a leer el libro. Pero no me resisto a señalar tres hechos puntuales que me han dejado realmente desconcertado por distintos motivos.

Operadora, un portal a Samarkanda. ¡Y rapidito!
El primero es la poca verosimilitud del mundo de los portales que plantea Laura Gallego. Cualquiera que se detenga a meditar sobre ello un par de minutos se dará cuenta de que un sistema de comunicación punto a punto, sea del tipo que sea, es totalmente inviable. Es por ello que no todos los aeropuertos tienen líneas directas a todos los demás, que no todos los ordenadores están conectados en red entre sí o que las líneas telefónicas funcionan de forma conmutada. Esto ya lo sabían nuestros abuelos, que seguramente llegaron a ver en directo a las famosas "operadoras telefónicas", pero parece que en Darusia aún no lo han descubierto (aunque es evidente que ese es uno de los elementos de conflicto que se apuntan en el libro, sin demasiada sutileza, como gran revolución a punto de ocurrir).     

El segundo hecho desconcertante es la confusión que la autora (o los personajes) parecen tener entre lo que es una costumbre y lo que es una ley, cosas que a todas luces son bien distintas (puesto que hay tradiciones que van contra la ley y leyes que se han inventado hace cuatro días). Aún así, en las primeras 150 páginas de El libro de los portales me he encontrado en más de una ocasión con afirmaciones como la siguiente:
Conoces las normas, Rodren —dijo—. Está prohibido que las mujeres trabajen en la mina. Es la costumbre.
A la izquierda, mina de noche; a la derecha; mina de día.
¿O era al revés?
Y para el final he dejado el detalle que más me ha llamado la atención de todos. Se trata de una escena que transcurre después de que cierto personaje haya tenido un accidente tras ir por la noche, y a escondidas, a la mina en la que suele trabajar. Otro de los personajes le recrimina entonces de la siguiente forma:
¿Por qué tenías que ir a la mina por la noche, eh? —gruñó—. ¿Qué te he enseñado sobre recorrer los túneles en la oscuridad?
Claro, es que durante el día las minas no son nada oscuras ni peligrosas. Lo arriesgado es ir de noche, evidentemente.

En resumen, El libro de los portales, o al menos lo poco que he sido capaz de leer, me ha parecido una propuesta muy floja y descafeinada y si toda la obra de Laura Gallego es de este estilo, su arrollador éxito me parece un misterio verdaderamente insondable. Si de verdad quieren leer literatura juvenil de calidad escrita por autores españoles, sin duda hay opciones mucho, mucho mejores. Sin ir más lejos, La canción secreta del mundo de José Antonio Cotrina, magnífica novela de la que espero pronto hablar en este mismo espacio.  

23 comentarios:

  1. Me has recordado a cuando intenté leer el primer volumen de Memorias de Idhún hace unos años, a sugerencia de mis alumnos. Son libros para gente con muy pocas lecturas a sus espaldas, que no hagan ascos a los lugares comunes, el lenguaje plano, las figuras retóricas más ramplonas, los personajes más manidos...

    Lo inquietante del personaje es que, por lo que cuentas, en 2013 sigue siendo igual que en 2004. Espero que más porque sea prisionera de su fórmula que por imposibilidad de evolucionar. Porque si es así...

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  2. No me hables de lugares comunes... La escena que he omitido por no hacer spoiler es de esas que ves venir y dices, "nah, no puede ser eso, sería demasiado obvio, demasiado trillado". Y luego llegas a ello y sí, obvio, manido y trillado. En fin.

    Como no he leído otras obras suyas no puedo juzgar si ha evolucionado o no, pero me temo que si a estas alturas está a este nivel ya mucho más allá no va a llegar. Si es deliberado o no ya sería cuestión a investigar.

    Gracias por el comentario, Nacho.

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    1. Hola, Odo.

      De lo que ha escrito Laura Gallego sólo he leído un libro, que ahora no recuerdo el título, y dejé empezado "Memorias de Idhun".

      Pero pienso que a lo que nosotros, lectores encallecidos, puede parecernos trillado, puede no serlo para el lector a quien en principio están destinados estos libros, el adolescente o pre-adolescente con poca experiencia como lector.

      Creo que he usado muchas comas.

      Un saludo. Hober.

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    2. Sí, seguramente tienes razón. Pero también es verdad que hay escritores de novela juvenil con un nivel literario muchísimo más alto. Y puestos a elegir...

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    3. Quiero aclarar que dejé empezado "Memorias de Idhun" porque mi sobrina me dijo que la autora iba a pasar a firmar y charlar en su colegio, se lo di para que me lo firmase O:-D y luego ya lo fue leyendo ella, y cuando me lo devolvió, yo ya estaba con otra cosa.

      Un saludo. Hober.

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  3. Una gran reseña, me he reído en voz alta con el pasaje de la mina. La verdad es que nunca he tenido curiosidad por esta escritora, me alegra que tenga éxito, pues atrae a muchos lectores al género que de mayores leerán más literatura y mejor. Como dijo Cotrina en su entrevista con Koreander, los jóvenes leen MUCHO más, y aquí tenemos la prueba.

    Por el resto como ya he dicho, nunca he tenido curiosidad, ni tendré, son novelas que no pienso leer.

    PD: Quiero saber el pasaje que has omitido, mis ansias cotillas me presionan.

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  4. Puede ser bueno que los jóvenes se enganchen a la lectura, pero también es triste que se queden sólo en este tipo de obras. No sé, me deja asombrado y un poco preocupado.

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    1. La canción secreta del mundo, por lo que he escuchado de los propios editores, no se puede llegar a considerar juvenil. Es demasiado oscura y sangrante, tanto que roza lo adulto ya.

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  5. Con sus Crónicas, Laura Gallego tiene el mérito de haber sido la primera en meter sexo en las novelas juveniles, y es evidente que los jóvenes estaban encantados de que sus padres les comprasen esos libros en los que había hasta tríos. Esto tiene su mérito y hay que reconocérselo. Y explica su éxito, imagino, porque su capacidad imaginativa es muy pobre.

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    1. Las Crónicas no tienen sexo ni tríos ni nada del estilo. Creo que te estás confundiendo con Idhun. Crónicas de la Torre es un middle grade que a mí me gustó mucho (bueno, el primer libro).

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  6. Pues en este libro, o al menos en lo que yo llegué a leer, de sexo nada. Vamos, ni se intuye.

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  7. Yo me fio muchísimo de Odo desde que me recomendó a Egan y, por lo tanto, no perderé mi tiempo con esta novela que quizás apele a cierto tipo de público, lo cual no me parece mal, pero... not my cup of tea!

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  8. Gracias por el voto de confianza, Cris. Y te aseguro que no te pierdes nada no leyendo esta novela.

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  9. Aunque me ha resultado interesante la reseña, también es verdad que esperaba que explicaras más cosas y dieras más detalles aunque fuera bajo aviso de spoiler. Porque no sé muy bien a qué te refieres cuando dices «el estilo es francamente pobre; los personajes son poco interesantes y están llenos de contradicciones en sus motivaciones; la trama es previsible y carente de tensión».

    El estilo me pareció bastante bien al principio, si bien es cierto que luego hacia la mitad-final me pareció que se le iba con la cantidad de mezclas, escenas y personajes que controla.

    Los personajes en ningún momento me parecieron inverosímiles, si bien tampoco es que consiguieran cautivarme (maese Belban tal vez, por su parecido chifladesco con Elodin xD). Pero no recuerdo nada que les hiciera contradecirse con sus propósitos. Tabit es lo más práctico del mundo e intenta acatar todas las normas y no meterse en problemas. Pero si los problemas le persiguen... Caliandra es todo lo contrario, y está metida en todos los fregados. Yunek tiene como objetivo conseguir un portal y eso es lo que se propone... No sé. ¿A qué te refieres?

    Sobre la trama... Pues el misterio no me parece tan mal llevado; no quedan cabos sueltos y lo de Yiekele no se puede decir que fuera predecible, ¿no? Lo de la pintura pues sí, un poquito, pero no todo. Aun así, que resulte predecible o no depende un poco también de cada persona y de cuánto se meta en la historia y quiera ser partícipe. Si "juegas" a adivinar qué va a pasar, pues tienes papeletas para acertar, pero eso significa que te involucras en la historia y quieres saberlo (lo cual es un punto a favor, porque estás de alguna manera enganchado, ¿no?). Sin embargo, si lees simplemente para disfrutar y desconectas, las sorpresas llegarán mejor.
    Lo que sí no me gustó mucho de la trama es cómo están llevadas las «historias de amor». Muchas de ellas (Yunek) me parecieron metidas un poco con calzador.

    Lo que más he echado en falta en este libro es un pasado bien contado de Tabit. Cada vez que leía El libro de los portales me acordaba de El nombre del viento en retazos y sutilezas; quizá esperaba por eso que Tabit fuera más protagonista que el resto, y tuviera más voz.

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    1. Es cierto que un pasado bien contado de algunos personajes, y no solo Tabit, hubiese ayudado mucho a acercarnos a ellos. En particular el de Tabit es un desperdicio grandísimo... con todo el jugo que le podría haber sacado...

      En cualquier caso, creo que tu comentario no le sirve demasiado, ya que al no haberse leído el libro no sabe de qué estás hablando en realidad.

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  10. Gracias por tu comentario. Me explico un poco más:

    El estilo de la prosa es muy, muy sencillito. Las metáforas brillan por su ausencia, las descripciones son todo memos evocadoras... Que no digo que no sea adecuado para los propósitos de la autora, pero es un estilo innegablemente sencillote.

    Los personajes sí que entran en contradicciones. Tabit, por ejemplo, era super estudioso y responsable y de repente empieza a saltarse clases sin demasiada justificación. Y, en general, tienen cambios de humor sin demasiado sentido.

    La trama es previsible. No es que yo juegue a adivinar nada, es que los 'giros' se ven a la legua. El secreto del chico herido en la mina. Se ve cinco capítulos antes y, además, está revelado de forma torpe y muy, muy vista. Yo lo dejé en la página 150, pero estoy seguro de que se hace un descubrimiento de portales que pueden conducir a cualquier lado, sin destino fijo. Eso está cantado y le quita toda la emoción al asunto, en mi opinión.

    Por todo ello y en especial por los elementos que detallo en la reseña, el libro me parece muy flojo.



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  11. La canción secreta del mundo es, en efecto, una novela oscura. Muy oscura. Pero creo que el autor la califica de juvenil. Haré reseña el lunes, por cierto.


    Pero si no consideramos esa como juvenil, te digo otra del mismo autor:La cosecha de Samnhein. Cien veces más imaginativa que la de Gallego.


    Un libro juvenil con un planteamiento similar al de los portales es The Rithmatist de Brandon Sanderson. Tengo ganas de leerlo para comparar.

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  12. Me has dejado planchado (bueno es un poco exageración esto de planchado), la verdad nunca he leido nada de la autora, y como tiene mucho éxito tenía algo en cola de lectura, pero se me han quitado las ganas, tengo mucho y muy bueno por leer como para andar perdiendo el tiempo. Eso sí, me anoto La canción secreta del mundo para leer.

    Gracias por el blog lo sigo desde hace tiempo siempre vienen bien las recomendaciones.



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  13. No sé si empezar horrorizándome ante la osadía de juzgar la trama de un libro con 150 páginas, independientemente de cuál sea, ya que, si hiciéramos eso con otros libros de inicio lento, como el Aliento de los dioses o Elantris, por poner dos ejemplos de fantasía moderna, nos llevarían a perdernos buenas obras, o directamente con la mala concepción de algunas ideas. No creo que se pueda juzgar un libro habiendo leído solo una cuarta parte del mismo.

    Supongo que debo empezar diciendo que, para empezar, la idea de que haya un sistema de transporte centralizado aunque luego haya desviaciones es la base del sistema, por ejemplo, de las autovías, que, si no me equivoco, en general parten del kilómetro 0 aunque luego tengan locales y comarcales, etc. ¿Te parece un error porque es instantáneo? Porque en realidad lo que expone, o por lo menos como yo lo entendí fue como sí, hay un sistema centralizado, como un aeropuerto del que parten muchas líneas hacia la capital y desde la capital, pero luego hay portales que llevan entre casas o entre otras ciudades. Los públicos, por los que no hay que pagar pasan siempre por la capital... igual que las autopistas en España parten del centro hacia ciudades importantes. Y luego tienen caminos, de mala calidad en muchas ocasiones, entre los pueblos.

    Por otro lado, el "secreto" que tiene el libro no es el del "chico", sino otro que ni siquiera has llegado a arañar en esas 150 páginas. Quizá precisamente por creer que eso era uno de los secretos (cuando es cierto que más claro no te lo pueden decir en ningún caso...) te hayas desanimado. Te puedo asegurar que el secreto es bastante distinto, y no está mal llevado. Cierto es que no es que no puedas imaginártelo con algo de imaginación (como todo), pero no por ello deja de ser interesante cómo llegan a las conclusiones los personajes y cómo se construye el misterio.

    Personajes, por otro lado, que, a mi juicio, no son inverosímiles, aunque si "discretos" con sus motivaciones y su pasado. ¿Qué hay veces que no actúan de la manera que uno esperaría? Cierto, pero luego lo explica la autora. Sé que suena manido, e incluso reconozco que hay varios Deus ex machina que son molestos... porque podría haber buscado soluciones más elegantes, pero los protagonistas sí son creíbles. No son héroes, ni grandes personajes, ni siquiera son de los que se quedan en la memoria, pero son buenos personajes, estructurados y con entidad. Tabit empieza a saltarse clases precisamente cuando ve que eso no tiene a recompensa que él espera, Tash tiene muy claras en todo momento sus prioridades... Así que realmente no entiendo qué fallo le ves. Lo de los cambios de humor sin ton ni son... no estoy de acuerdo, tienen explicaciones, si te molestas en conocer su trasfondo.

    Por otro lado, está el tema de costumbre y ley, pones el ejemplo de que hay muchas costumbres que van contra la ley... también sucede que haya costumbres que se convierten en ley, ¿no es así? E incluso hay zonas y épocas en que la costumbre se erige en fuente de derecho, ¿no? Así que por ese lado tampoco le veo ese gran problema.

    En definitiva, esos errores que marcas... sinceramente no me parecen tales. Estoy de acuerdo con que el estilo del libro es sencillo, ¿y eso es malo? Quiero decir, en tu reseña de Firstborn de Sanderson dices que utiliza un estilo simple y directo. Y no lo juzgas negativamente. ¿Por qué en este caso es tan negativo?

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  14. Es lo que tienen los libros concebidos como producto, no como literatura. También pasa dentro del género de la ci-fi y el terror. No tiene nada de malo, simplemente está destinado a un público concreto y no tiene ninguna intención de ofrecer literatura.

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  16. Antes de nada, gracias por tu comentario, Khardan.

    No sé si juzgar un libro por 150 páginas es una osadía o no, pero te puedo asegurar que eso es el triple del mínimo a partir del cual algunas editoriales permiten a los lectores editoriales informar negativamente sobre un manuscrito enviado para publicación. Y, por experiencia, a veces muy amarga, de esas 50 páginas pueden sobrar 45. En este caso, podría haberlo dejado antes y decidí darle una oportunidad más. Pero no consiguió motivarme a terminarlo. ¿Que igual mejora? No digo que no, pero preferí arriesgarme a esa posibilidad porque no me parecía muy probable. Pero bueno, sé de gente que lo ha podido ni con 50 páginas de Diaspora de Egan y tampoco pasa nada :-)

    En cualquier caso, creo que una reseña parcial, cuando se indican los motivos del abandono del libro, puede resultar útil para otras personas. De hecho, caso tenía decidido no escribir la reseña, pero varias personas me insistieron en que lo hiciera.

    Paso a cosas más concretas.

    En cuanto al estilo, creo sinceramente que no hay ni comparación entre Sanderson y Gallego. En un caso es sencillo y directo; en el otro, roza lo pobre, especialmente en descripciones y diálogos. Y en la capacidad imaginativa ya ni entramos.

    Respecto a los personajes, me parecen muy planos y sin carisma. Y, sí, inconsistentes. Igual luego se justifican o sustentan más, puede ser. En lo que yo leí, me parecieron un cúmulo de tópicos no muy cohesionado. Lo mismo podían actuar como lo hacen o de otra forma, porque su personalidad es suficientemente vaga (apenas se cuenta nada de ella). Y muchas veces se van explicando cosas de ellos sobre la marcha, a destiempo en mi opinión. Mucho telling y poco showing.

    El problema de la "red" de portales es, precisamente, que no se parece a una red de carreteras, porque carece de organización centralizada. Cualquiera puede pedir un portal de un punto a otro punto. Eso es ilógico e insostenible. No se intenta optimizar nada, sino que la cosa crece improvisadamente. Una receta para el desastre.

    No digo que no haya costumbres que no se conviertan en leyes, lo que digo es que no todas las costumbres son leyes. No sé puede decir que una cosa está prohibida porque es una costumbre. Si está prohibida, está prohibida y punto. El que sea una costumbre importa poco en ese caso. Pero es que la cosa también se aplica a las trenzas de los pintores de portales. Nunca queda claro si es una norma o una tradición y se cambia de una explicación a otra con frecuencia, a veces en el mismo párrafo.

    En cuanto al secreto o problema o meollo del libro, evidentemente no es el del chico (que además de evidente está ya demasiado visto). Mi impresión es que se trata de la creación de un nuevo tipo de portales a partir de la pintura del mineral verde y de diseños nuevos de los dibujos. Y se ve desde el prólogo. Si no es eso, la verdad es que en 150 páginas ya se debería haber introducido algún conflicto que capte el interés del lector.

    Como ya he dicho, todo esto, sumado a lo de mina, hizo que no albergara ninguna esperanza de que el libro pudiera llegar a gustarme mínimamente y por eso lo abandoné. No me convencen ni el estilo, ni los personajes, ni el mundo, ni la historia y encima hay un buen número de escenas que me parecen ridículas (no he dicho nada, por ejemplo, de los guardianes de los portales ni de los mineros pobres pero honrados y con generaciones de tradición). En otro caso hubiera dejado el libro mucho antes, pero quise darle más cancha. Y la cosa no mejoró.

    Pero como dicen los ingleses, your mileage may vary (of course). Si a alguien le sirve mi reseña, estupendo. Y, en cualquier caso, será muy aburrido que todos estuviéramos de acuerdo en todo :-)

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  17. Soy de Guatemala, este libro acaba de llegar a las librerías del país. He de aclarar que este tipo de literatura es muy escasa por acá, pero luego de ver tu reseña, no tengo la mínima intención de ir a comprarlo.

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