lunes, 21 de mayo de 2018

All Your Short Are Belong to Us (SuperSonic #8)


Había prometido hace poco ponerme al día con la publicación en el blog de mis artículos para SuperSonic. Y como lo prometido es deuda, hoy os traigo la entrega de la sección All Your Short Are Belong to Us correspondiente al número 8 de la revista. ¡Que los disfrutéis!

Bienvenidos de nuevo a All Your Short Are Belong to Us, la sección de SuperSonic dedicada a la ficción corta de ciencia ficción y fantasía en inglés. En la última ocasión nos quedamos en el mes de enero de 2017, así que hoy nos toca repasar lo acontecido entre febrero y junio (ambos inclusive). Como es habitual, he seleccionado diez novelas cortas y relatos publicados en ese periodo. El conjunto es especialmente variado, así que espero que os interese y os anime a darle una oportunidad a alguna de las obras. ¡Comenzamos!

El primer relato que he escogido es “Probably Still the Chosen One”, de Kelly Barnhill, que corresponde al número de febrero de la revista Lightspeed (se puede leer online gratuitamente aquí). Este cuento nos sitúa en la piel de Corrina, una mujer que en su juventud visitó un mundo de fantasía donde vivió aventuras extraordinarias. Ahora, ha regresado a la vida “real” y sigue esperando que, como le prometieron, vuelvan a buscarla para ocupar su lugar como elegida. 

Si habéis leído Every Heart a Doorway, de Seanan McGuire, (y deberíais, puesto que la recomendé encarecidamente en esta misma sección en su momento) el argumento os sonará. Y aunque es cierto que hay algunas similitudes entre ambas obras, el enfoque de Barnhill es más personal e intimista, más centrado en las dificultades del día a día y en las esperanzas que se van perdiendo poco a poco con el tiempo, además de tener un tono marcadamente feminista. Por todo ello, se trata de un relato con una marcada personalidad y que me ha gustado muchísimo.

También de febrero, pero radicalmente diferente, es la novela corta Snapshot, de Brandon Sanderson, una obra que sale de lo habitual en la producción del autor estadounidense. En este caso, por ejemplo, el género elegido es la ciencia ficción en lugar de la fantasía, con una mezcla entre novela negra y realidad virtual que recuerda a The Matrix en su cuestionamiento de la realidad. El ritmo de Snapshot es muy vivo y Sanderson equilibra perfectamente el worldbuilding y el desarrollo de la trama y aunque algún giro sea un tanto predecible, la lectura resulta más que satisfactoria.   

Pasando ya a marzo, nos encontramos con “The Stone Lover”, de Martha Randall, publicado en la revista Lightspeed. Se trata de un relato muy corto (poco más de mil quinientas palabras) pero que rezuma humor y mala leche por todos sus poros. No cuento mucho más para evitar chafar las sorpresas, pero de verdad que os animo a leerlo para descubrir los secretos de ese amante de piedra. 

También en marzo pudimos disfrutar de Brother’s Ruin, de Emma Newman, la primera de varias novelas cortas publicadas por Tor.com que voy a recomendar en este artículo. Con esta obra, Newman comienza una muy interesante serie de fantasía urbana situada en la época victoriana (su continuación, Weaver’s Lament, será publicada en octubre). 

La lectura de Brother’s Ruin ofrece muchos alicientes. Por un lado, un universo muy interesante, en el que la magia es una parte más de la sociedad, pero los que demuestran talento en la disciplina están obligados a ponerse a las órdenes del estado. Por otro, una protagonista principal muy carismática y llena de recursos. Y todo ello mezclado con una trama de misterio que promete grandes cosas para las siguientes entregas de la serie. 

Saltamos hasta mayo para hablar de otra novela corta de Tor.com: River of Teeth, de Sarah Gailey, una obra muy original que mezcla las historias de robos al estilo de Ocean’s Eleven o The Italian Job con una ucronía en la que parte de EEUU ha sido “repoblada” con hipopótamos (una propuesta que, aunque parezca increíble, llegó a considerarse seriamente en la realidad). Además, Gailey incorpora exitosamente elementos del western y unas cuantas dosis de humor para conseguir una de las historias más refrescantes del año. 

Pero quizá lo mejor de River of Teeth sea su extraordinario y muy diverso elenco de personajes. Los primeros capítulos, dedicados a presentarnos a cada uno de los protagonistas, son una auténtica delicia y yo ya estoy deseando reencontrarme con ellos en Taste of Marrow, la continuación de la serie (que debería estar ya a la venta cuando este número de SuperSonic llegue a tus manos). 

El mes de mayo nos dejó también “Mountains and Streams”, de Nick Wolven (un escritor al que conviene seguir de cerca, por cierto, porque últimamente está ofreciendo relatos de lo más interesantes). En este cuento aparecido en la revista Clarkesworld, se plantea un difícil dilema moral. Los avances en tecnología biomédica permiten, en un futuro cercano, que aquellas personas que lo deseen puedan “deshacer la evolución” y volver a un estado “más natural” y de “armonía con la naturaleza”. 

Las implicaciones sociales y personales que acarrea una decisión de este tipo se ven agravadas cuando se descubren pruebas de algo que se suponía que no podía suceder. En un relato relativamente breve, Wolven consigue hacernos imaginar una situación que quizá es más verosímil de lo que podría parecer en primera instancia y, a la vez, nos deja con más preguntas que respuestas. Una muestra de cómo la buena ciencia ficción nos puede hacer replantearnos el presente tras echar una ligera mirada hacia el futuro. 

“James, in the Golden Sunlight of the Hereafter”, publicado por Lightspeed en mayo, es un relato en el que Adam-Troy Castro vuelve a demostrar su enorme capacidad para plantear escenarios en los que los personajes se obligados a elegir entre opciones tan opuestas como aterradoras (y, a la vez, echarle unas cuantas pullas a la mayor parte de las religiones mayoritarias). 

¿Qué pasaría si, al morir, descubriéramos no sólo que existen un alma y una vida eterna sino que, además, estamos destinados al Paraíso? James Washington está a punto de averiguar que no es oro todo lo que reluce, ni siquiera en el Cielo. 

No podía faltar en esta sección un relato de Fantasy & Science Fiction, la revista que, a mi entender, mayor calidad media está manteniendo en los últimos años. En este caso, me he decantado por un relato aparecido en el número correspondiente a los meses de mayo y junio: “My English Name”, de R.S. Benedict.

En este cuento, Benedict consigue recrear de manera extraordinaria la sensación de sentirse desubicado y fuera de lugar a la vez que juega con uno de los tropos más clásicos de la fantasía (no diré cuál, porque uno de los placeres del cuento es irlo descubriendo poco a poco). “My English Name”, además, nos ofrece una tierna pero atípica historia de amor, con un final que invita a leer el cuento otra vez desde el comienzo nada más terminarlo. 

También sobre el amor trata “Love Engine Optimization”, de Matthew Kressel, que forma parte del número de junio de Lightspeed. Una historia sobre las relaciones en los tiempos de las redes sociales narrada en primera persona con excelente pulso. Si en las primeras páginas nos intriga, sobre todo, quién es el narrador, poco a poco la tensión se va trasladando a una pregunta mucho más acuciante: ¿qué es lo que pretende?

Un relato con una conclusión impecable que no sólo deja pensando sobre si algo así podría pasar en el mundo real, sino que hace replantearse algunas de las conclusiones a las que creíamos haber llegado. 

Si el primer relato que proponía en esta edición de All Your Short Are Belong to Us trataba el tema del viaje a mundos de fantasía, la última obra que quiero recomendar lo vuelva a abordar de lleno. Down Among the Sticks and Bones, de Seanan McGuire, es la precuela de Every Heart a Doorway y nos cuenta la historia de dos de las protagonistas de esa otra novela corta (aunque ambas pueden ser leídas de forma independiente sin ningún problema). 

Si Every Heart a Doorway fue un éxito de crítica y público (y se llevó, merecidamente, casi todos los premios del género), pronostico que Down Among the Sticks and Bones no se va a quedar a la zaga. Es más, casi me atrevo a decir que está ligeramente por encima en cuanto a calidad. El tono oscuro y agridulce con el que McGuire retrata la infancia de ambas protagonistas es absolutamente perfecto, como lo es el modo en que integra en la narración dos de las obras más clásicas del género de terror. De lo mejorcito del año, sin duda. 

Y con esto doy por finalizado el repaso a la primera mitad de 2017 en lo que a ficción corta se refiere. Espero que, hasta nuestra próxima cita, os animéis con algunas de las lecturas que os he propuesto y, por supuesto, que os gusten muchísimo. Enjoy! 

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