Banda sonora de la reseña: Sugiero leer esta reseña escuchando Semiosis, de Thomas Fonnesbaek y Justin Kauflin (Spotify).
Últimamente, me está costando encontrar libros de fantasía o ciencia ficción que me convenzan completamente. Es cierto que me siento ligeramente saturado de estos géneros y que estoy buscando lecturas en campos como el ensayo o la divulgación. Pero también es verdad que noto una bajada de calidad general con respecto a los años anteriores, que fueron magníficos. Pese a ello, sí que hay un par de novelas publicadas a principios de 2018 que me parecen muy recomendables: Semiosis, de Sue Burke, y The Midnight Front, de David Mack. De la primera de ellas os hablaré hoy y dejaré la segunda para una futura reseña.
Semiosis es la novela de debut de Sue Burke, a quienes muchos de vosotros seguramente conoceréis porque residió durante muchos años en España y participó muy activamente en el fandom de nuestro país. Después de haber publicado relatos durante en varias décadas y haber aparecido en revistas tan destacadas como Asimov's, Interzone, Clarkesworld o Beneath Ceaseless Skies, la autora da el salto a la distancia larga y se estrena de manera más que notable.
En este libro, Burke nos ofrece una historia de primer contacto, con un enfoque de ciencia ficción clásica muy bien llevado y unos alienígenas de lo más originales. Pero, sobre todo, es un estudio sociológico con reflexiones muy interesantes que me ha recordado, por momentos, a la excelente Dark Eden de Chris Beckett.
La acción se sitúa en el planeta Pax, al que ha llegado una pequeña expedición de humanos que han dejado atrás la Tierra con el objetivo de crear una nueva y más justa sociedad comenzando desde cero. La trama se desarrolla siguiendo una estructura de fix-up que resulta especialmente adecuada: cada relato se centra en una generación diferente del asentamiento de Pax, lo que nos permite observar la evolución de la sociedad a la vez que seguimos la pista de personajes de anteriores capítulos. Un gran acierto por parte de Burke.
La nota exótica la pone, sin duda, la flora del planeta Pax. Sí, la flora. Y es que en vez de por animales, el planeta está dominado por plantas, algunas de ellas inteligentes. Su relación con los humanos, así como su influencia y participación en el desarrollo de la sociedad será uno de los puntos principales de una trama que se va construyendo y complicando poco a poco.
Las fortalezas de Semiosis no se reducen a la originalidad de sus alienígenas. En realidad, el mayor interés de la novela reside en la forma en la que plantea diferentes dilemas morales y en cómo se enfrentan a ellos unos personajes creíbles y muy bien construidos, con virtudes y defectos muy humanos y, sobre todo, con muchos grises. El hecho de que Pax sea una tabula rasa en la que comenzar de nuevo posibilita que se plantee una utopía muy prometedora y bienintencionada, pero la naturaleza humana es la que es y no tardan en surgir los conflictos.
Pese a todas las virtudes que he señalado, Semiosis también tiene algunos defectos. Las descripciones, sobre todo en lo que se refiere al planeta Pax, no son suficientemente vistosas, lo que me parece una oportunidad desaprovechada. Pero el principal problema, en mi opinión, es la irregularidad del ritmo, sobre todo en la parte central de la novela. La buena elección de la estructura se ve empañada por el hecho de que uno de los relatos sea muchísimo más largo que los demás, haciendo que se pierda en parte la fluidez que tenía el libro hasta ese punto.
Aún así, Semiosis es una muy buena novela y vaticino que va a acabar siendo una de las más destacadas de este año. Por el momento, ya se ha confirmado una secuela, lo cual me parece una gran noticia y una merecida recompensa al gran trabajo de Burke. Por mi parte, la recomiendo especialmente a todos los aficionados a la ciencia ficción, sobre todo a los que busquen una obra de temática clásica con buenas reflexiones y alienígenas originales.
Cuando hablaste de ella en un VerHugos ya me intereso bastante. Ahora, un poco más. Y es que últimamente los estudios sociológicos a través de la cifi me resultan de lo más atractivo. Son un enfoque perfecto para vernos a nosotros mismos. Un prisma de nuestras conductas. Que pena esa perdida de fluidez. Un abrazo^^
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