Pablo Bueno nos trae una reseña de una de las novelas que más están dando que hablar en los últimos meses: Tres enanos y pico, del gran Ángel Sanchidrián. ¡Espero que os guste!
Banda sonora de la reseña: Pablo sugiere leer esta reseña escuchando Aquarius en la versión de Raphael (Spotify, YouTube)
Seguro que la inmensa mayoría de los que lean esta reseña sabrán que, hace ya unos años, Ángel Sanchidrián se hizo famoso con aquellas extraordinarias Sinopsis de cine que a muchos nos alegraban el día. Recuerdo haberlas leído en su Facebook, pero también que, en ocasiones, me llegaran por whatsapp, por correo o a través de comentarios de amigos. En todos los casos, lo habitual era que fueran desternillantes y te arrancaran más de una carcajada. Tal era la consideración que muchos le teníamos a las mismas, que no nos extrañó constatar que, poco después, el autor recopiló y amplió sus hilarantes análisis en un libro publicado en 2014. Pero es que, posteriormente, le siguió otro volumen, La Luisi (50 sombras de Luisi), que fue su primera novela. Con dicho bagaje en la mochila, llega este año Tres enanos y pico, cambiando totalmente de ambiente para embarcarnos en una novela de fantasía. Aunque, como veremos, el autor continúa fiel a su particular estilo.
Wifo es un estudiante que decide realizar un viaje de investigación a la ciudad enana de Villa Trifulcas. Y aquí llegamos a una de las primeras grandes carcajadas de las muchas que nos aguardan en el libro: generalmente, el pretexto generador de la aventura en los libros de fantasía (¿épica?) suele ser la venganza, un mentor misterioso que aparece de improviso en la vida del protagonista, un destino marcado por profecías, la búsqueda de un artefacto de poder… Aquí no. El motivo por el que nuestro Wifo decide embarcarse en sus estudios de enanología en vez de los élficos, mucho más de moda, es tan absurdo como desternillante. Sea como fuere, una vez en su erasmus particular, el joven comenzará a “sufrir” sus estudios de las costumbres enanas de primera mano. Sin embargo, como no podía ser de otro modo, su relajada estancia en la ciudad enana cambia pronto cuando el destino, o la ambición de algunos personajes, termina por arrojarle encima una serie de peligros como no se han visto en mucho tiempo.
Este particular viaje del héroe alcanza una de sus cotas más altas cuando aparece en escena la madre de Wifo, Ramona, la personificación de dicho concepto, que incluye entre sus múltiples matices el conocimiento del milenario arte marcial del lanzamiento de zapatilla de estar por casa.
Como se puede desprender de lo dicho hasta ahora, estamos ante una novela ligera, muy agradable de leer y, sobre todo, divertida. El humor con que Sanchidrián nos obsequia alcanza a veces un estilo hilarante que llega a tomar tintes casi surrealistas. Entre las páginas de Tres enanos y pico nos encontramos el mismo idioma llano, las expresiones coloquiales tan patrias y esos chascarrillos que ya usaba en las sinopsis. Y, si en ellas funcionaban bien, en esta novela consiguen un tono tan extraordinariamente particular como alejado de lo que suelen ser los libros de estas temáticas.
Desde mi punto de vista, solo esto ya constituye un objetivo cumplido. Ya hemos hablado en más de una ocasión de que a veces parece que el humor se desdeña como un elemento secundario dentro de la literatura. No puedo estar más en desacuerdo. De hecho, sin ir más lejos, en el último programa del podcast Los cuatro navegantes coincidíamos con la gran Marcheto en que, casi siempre, resulta más difícil de lograr que cualquier otra sensación. Si eso es cierto, Ángel Sanchidrián logra algo tan difícil con una naturalidad sorprendente.
Es cierto que los chistes resultan chabacanos en ocasiones, de una factura repetitiva, incluso, pero es necesario remarcar también que, a menudo, portan un poso de ironía y crítica que a momentos parece incluso más profundo de lo que hemos pensado en un primer momento, como la explicación que el autor hace de la génesis de la cerveza. No han sido pocas las ocasiones en que me ha recordado a esas bromas de Pratchett que, tras la risa, te dejan pensando un buen rato.
Y es que, cuando Sanchidrián se pone a repartir, no deja títere con cabeza: en sus páginas saca los colores al mundo universitario, a los políticos, al arquetipo de comerciante o a la propia picaresca humana, por citar algunos. No deja de ser sorprendente, por tanto, que en medio de este festival aparezcan temas serios y presentes hoy en día, como el drama de los refugiados, que el autor trata con humor, pero de ese que va con el aguzado filo de la realidad por delante.
Uno de los puntos fuertes de la novela, y sin duda de lo que más he disfrutado, son las constantes referencias a los grandes hits de la fantasía épica o, quizá, incluso a eso que solemos denominar la cultura friki. El libro está plagado de esas frases legendarias que todos hemos imitado alguna vez y de juegos de palabras con nombres míticos. En particular, hay una parodia de un discurso del Señor de los anillos que me ha parecido magistral. Algo parecido sucede con la facilidad que tiene Sanchidrián para la creación de nuevos términos que se ajusten a sus necesidades. No daré ejemplos para que no os perdáis la sorpresa, pero estad atentos.
También me gustaría otorgarle al autor la medalla de oro a la batalla más caótica, absurda, impredecible y desternillante que he leído en mi vida, con permiso de los Monty Python. Jamás habría podido imaginar que un enfrentamiento con tales participantes acabaría pareciendo una especie de multitudinario juego de Twister con armas de por medio.
En definitiva, siempre he dicho que me gustan las obras que cumplen lo que prometen, y esta lo hace: Tres enanos y pico es una novela ligera, divertida, desternillante en ocasiones, pero que contiene unas cuantas grandes reflexiones disfrazadas de chascarrillos y bromas. ¡Ya estamos deseando ver al autor en el inminente festival Celsius para que nos hable de ella en directo!
Que esperabas pues?, Ángel es mucho Ángel, enanos al poder.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Te promete diversión, y te la da. Pero con un poquito más. Detrás de tanta locura, de tanto chascarrillo y gracia, hay algo más. Y eso es exactamente lo que más me ha gustado, que me ha dado un poquin más. Y bueno, esos personajes. Tanto Ramona como Grosa se han robado mi corazón. Genial reseña :)
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