Gracias a la generosidad de Cristina Jurado, la editora de SuperSonic, reproduzco aquí un artículo que publiqué en el número 8 de esa estupenda revista. ¡Espero que os guste!
Hace unos pocos meses comencé
a colaborar con la excelente web La Nave
Invisible con una serie de artículos dedicados a promocionar la ficción corta de
escritoras de ciencia ficción y fantasía. La serie lleva el título de “Cinco relatos para empezar a…” y, por
el momento, se han publicado entregas dedicadas a Charlie Jane Anders y a Caroline M. Yoachim (de quien, por
cierto, podéis leer un relato en este mismo número de SuperSonic) además de estar prevista para pronto una dedicada a
Nnedi Okorafor.
El caso es que el formato de un artículo en el que se destacan cinco relatos de una escritora como punto de entrada a su obra me ha gustado mucho y me parece que ofrece muchas posibilidades. Por ello, tras planteárselo al equipo de La Nave Invisible y a la editora de SuperSonic, me he decidido a ampliar la franquicia. En La Nave Invisible seguiré con los artículos dedicados a escritoras mientras que aquí, en SuperSonic, me dedicaré a autores (masculinos) desde ahora.
Para comenzar, he elegido a uno de los escritores de ficción corta que ofrecen mayor cantidad y calidad de relatos cada año: Adam-Troy Castro. Castro es autor relativamente poco conocido en España (su relato más famoso por estas tierras es, seguramente, “Las manos de su marido”, publicado originalmente en Terra Nova 2 y que también podéis leer gratuitamente en Fantífica) pero que, personalmente, me parece imprescindible entre los autores contemporáneos de ficción corta.
Precisamente por esa
predilección personal, me ha resultado especialmente difícil quedarme con solamente cinco relatos del autor y me
he decidido más por mostrar ejemplos de todas las facetas de su variada obra
que por seleccionar estrictamente mis cuentos favoritos. Por ello, me vais a
permitir que haga un poquito de trampa y que deje caer también el nombre de
algún que otro relato extra cuando vaya mencionando los cinco principales.
Mi primera elección es uno de
mis cuentos de ciencia ficción favoritos de los últimos años: “The
Thing About Shapes to Come”, publicado en enero de
2014 en la revista Lightspeed. En este relato,
Castro muestra muchos de los elementos principales de su producción. Por un
lado, el juego con los tropos y la tradición de la ciencia ficción, con ese
título que es un claro homenaje a la obra de H.G. Wells. Por otro, la capacidad
innata del autor para mezclar lo extraño y lo cotidiano, lo desconocido y lo
familiar, de un modo sorprendente y conmovedor, a través de personajes normales
y corrientes con los que nos es especialmente fácil identificarnos.
En “The Thing About Shapes to Come” han dejado de nacer bebés humanos.
Por algún motivo desconocido, en lugar de niñas o niños, las mujeres dan a luz
a formas geométricas: conos, esferas, cubos… que, sin embargo, están vivos y
necesitan de las mismas atenciones que un recién nacido. Mediante esta premisa,
Castro nos muestra no solo las consecuencias a nivel social, sino, sobre todo,
el impacto emocional que sufre Monica, una de las madres de las nuevas
criaturas. Si este cuento os recuerda de alguna manera a “Las manos de su marido” o a “Arvies”
(publicada en inglés no hace mucho aquí mismo, en SuperSonic) no es en absoluto por casualidad. Castro es un maestro
en el arte de introducir un factor extraño que, de repente, altera
completamente lo que entendemos por una vida “normal”.
Otra constante en la obra de Adam-Troy
Castro es la presencia de elementos de horror. Y es que, en realidad, Castro
tiene tanto (si no más) de escritor de terror como de escritor de ciencia
ficción. Es muy frecuente encontrarnos en su obra con la idea del monstruo,
pero siempre de una forma diferente a la habitual, con una perspectiva un tanto
distorsionada que nos hace preguntarnos si los monstruos no seremos nosotros.
Es lo que sucede, por ejemplo, con el segundo relato que quiero proponer en el
artículo de hoy: “Pieces of Ethan”.
En este cuento, nos
encontramos con una de las figuras más clásicas de la literatura de terror (no
diré cuál porque parte del juego es irlo descubriendo a lo largo de la
narración), pero con una visión poco convencional. Os invito a descubrirlo en
la maravillosa colección de relatos Her
Husband’s Hands and Other Stories (que, además, ofrece otras buenas
muestras de la particular forma de escribir terror de Castro con relatos como “The Shallow End of the Pool” o “Cherub”).
El tercer relato que he
elegido es “During the Pause”, que apareció originalmente en
septiembre de 2012 en la revista Apex y que no me he podido
quitar de la cabeza desde entonces. Se trata de un cuento bastante corto (no
llega a las 3000 palabras) y que carece de casi todos los referentes que
solemos esperar en la ficción. No hay presentación, nudo y desenlace. No hay
personajes. Por no haber, casi podríamos decir que no hay trama. O sí que hay
todo eso, pero de una manera muy diferente a la normal, a través de un
comunicado recibido de una especie extraterrestre y que es lo que constituye la
totalidad del relato.
Pero la fuerza de “During the Pause” no reside (solo) en
la particular elección de formato, sino en el tremendo dilema moral que nos
plantea. Castro es un escritor con una especial habilidad para abordar temas
filosóficos con precisión quirúrgica y este relato (al igual que, por ejemplo, Of a Sweet Slow Dance in the Wake of
Temporary Dogs” o “James, in the
Golden Sunlight of the Hereafter”, que recomiendo precisamente este mes en
mi sección All Your Short Are Belong to
Us) es muestra perfecta de ello.
Con los ejemplos que he
mencionado hasta ahora, podría parecer que nos encontramos ante un escritor
terriblemente serio, que solo trata temas de la mayor importancia y relevancia.
Todo lo contrario. Si por algo destaca Adam-Troy Castro es por su gran sentido
del humor y en su producción abundan cuentos de lo más divertidos. Quizá uno de
los más significativos sea “My Wife Hates Time Travel”, que
podéis leer en el número de
septiembre de 2012 de Lightspeed.
Este cuento, de nuevo bastante
breve, narra las peripecias de un matrimonio que descubre que está destinado a
inventar el viaje en el tiempo cuando comienza a recibir visitas de sus “yoes”
futuros. Lo que sigue es casi una versión en clave de ciencia ficción del camarote
de los Hermanos Marx, con más y más copias del matrimonio apareciendo e
intentando imponer su propia versión de los hechos. Una historia que estoy
seguro que os hará reír.
Para el final he dejado otra
de mis obras favoritas del autor: “Sunday Night Yams at Minnie and Earl’s”.
Esta novela corta, publicada en junio de 2001 en Analog y nominada al Premio
Nebula, es simplemente deliciosa, una de las historias más tiernas que me he
encontrado en el género de la ciencia ficción.
En “Sunday Night Yams at Minnie and Earl’s”, un astronauta recién
llegado a la Luna se ve sorprendido por dos cosas: la dureza de las condiciones
de la vida en la base lunar y el inexplicable buen ánimo que muestran sus
compañeros, que llevan ya una temporada establecidos allí. Poco a poco, con una
sonrisa en el rostro, iremos descubriendo el secreto que hace sus vidas un
poquito más tolerables. El número original de Analog donde apareció esta novela corta quizá no sea muy fácil de
encontrar en la actualidad, pero la obra ha sido recopilada recientemente en la
antología Alien Contact, editada por
Marty Halpern (un libro que, por otro lado, merece la pena leer puesto que incluye
muchísimos relatos de lo más recomendables).
Y con esto llegamos al final
de mi primer “Cinco relatos para empezar
a leer a…” en SuperSonic. Espero
que os animéis a adentraros en la producción de Adam-Troy Castro si no aún no
la conocíais y os espero en la próxima entrega de esta sección con otro nuevo
autor. ¡Hasta entonces!
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