viernes, 2 de noviembre de 2012

Del naranja al azul, de Cristina Jurado

Confieso que ésta es una reseña que me ha resultado difícil escribir. Incluso estuve a punto de no hacerlo. Cristina Jurado, la autora de Del naranja al azul, se ha convertido en una muy buena amiga gracias a las redes sociales y, como sabréis, incluso ha sido colaboradora de este blog en varias ocasiones. Todo esto me ponía en una situación nueva y un tanto extraña a la hora de escribir mis impresiones sobre la novela. Pero, por lo que conozco a Cristina, sé que sabrá aceptar y aprovechar todo lo que este humilde blogger tenga que decir acerca de su obra: tanto las cosas buenas como las malas.

Así que allá voy.

Del naranja al azul nos sitúa unos pocos años después de la llegada a la Tierra de los Bionautas, unos misteriosos alienígenas de aspecto humano. Con ellos, llegaron también nuevas enfermedades que han diezmado la población mundial. Los pocos supervivientes se han organizado en pequeñas comunidades e intentan rehacer su vida. Algunos de ellos, como Maya, no aceptan la presencia de los Bionautas y han formado una Resistencia. Otros, sin embargo, han optado por una vía más pragmática y colaboran con los extraterrestres. Entre estos últimos está Hugo, un antiguo novio de Maya. Las circunstancias de la vida hacen que ambos se encuentren de nuevo y se vean forzados a colaborar.

Hay bastantes cosas que me han gustado de Del naranja al azul. En primer lugar, el libro tiene un ritmo muy ágil y se lee en un suspiro. A ello contribuye el buen hacer de la autora con los diálogos: es su punto fuerte y se nota que lo sabe, porque tiende a ellos de forma natural, exponiendo aspectos del worldbuilding y detalles de las personalidades de los protagonistas sin necesidad de recurrir a infodumps. Esto también le da juego para plantear problemas morales a través de las discusiones de Maya y Hugo.

Pero sin duda el punto fuerte de la novela son los Bionautas. Estos seres tienen un aspecto externo idéntico al nuestro pero una mentalidad muy diferente. Precisamente hay un aspecto de los Bionautas que los hace muy distintos de nosotros y que es elemento más interesante del libro (además de dar pie a interesantes dilemas filosóficos) pero que, obviamente, no puedo revelar aquí sin entrar de lleno en el pantanoso terreno de los spoilers. La aparición de los Bionautas constituye el primer punto álgido de la novela, que a partir de ahí va in crescendo hasta un desenlace que deja con ganas de leer la anunciada continuación.

Sin embargo, también hay algunas cosas que no me han gustado en la novela de Cristina. El primer tercio del libro está, en mi opinión, excesivamente centrado en los encuentros y desencuentros de Maya y Hugo. Aunque esta relación luego tendrá relevancia en acontecimientos importantes en la parte final de la trama, he de confesar que me dejó un poco frío, no me resultó interesante e hizo que me costase entrar en la historia. Otro aspecto que pienso que sería mejorable se refiere a la ambientación. Se supone que nos encontramos en un mundo que ha sufrido un cataclismo muchos órdenes de magnitud superior a cualquier otro desastre histórico. Sin embargo, esto no parece afectar excesivamente a los protagonistas. Lo han perdido todo: sus familias, sus amigos, sus trabajos, sus casas... Esto debería, sin duda, haberles marcado profundamente, pero ellos han seguido con sus vidas sin acusar apenas el golpe. Es verdad que el objetivo de la novela no es abordar el género post-apocalíptico al modo de, digamos, Cántico por Leibowitz o La carretera, pero no es menos cierto que la falta de una respuesta visceral de los personajes resta bastante credibilidad al trasfondo histórico y social de la obra.

En resumen, Del naranja al azul es una primera novela con algunos de los fallos propios de una primera novela y con ciertas carencias en la ambientación (quizá por no querer incomodar al sector del público menos acostumbrado a los elementos de ciencia ficción). Sin embargo, también plantea aspectos interesantes, es una lectura amena y, sobre todo, deja al lector con ganas de leer la segunda parte y descubrir los secretos de los misteriosos Bionautas.

3 comentarios:

  1. Qué difícil, esto de ser objetivo, y crítico, con la obra de alguien que conoces. ¡Y de forma pública! Yo, por trabajo, he tenido que hacerlo alguna vez, y la verdad es que es complicado herir sensibilidades. Pero creo que tú lo has logrado: el truco es el tono, supongo, y pienso que no personalizas, y eso es muy importante.

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  2. Gracias, me alegra ver que he cumplido el objetivo. Al principio me sentí un poco extraño, pero una vez metido en la reseña me puse a escribir como lo haría con un autor al que no conociera, intentando ser objetivo en lo bueno y en lo malo.

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  3. El único habitante del planeta Odoniano hace fácil lo difícil: ser objetivo cuando la subjetividad aflora. Gracias a sus comentarios, la segunda entrega de "Del Naranja al Azul" será mucho mejor. El interés y la crítica constructiva es el mejor regalo que se le puede hacer a un autor novel... y un amigo ;-)

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