Hoy tengo el placer de presentaros una reseña realizada por Mihai Adascalitei, del estupendo blog Dark Wolf's Fantasy Reviews, que muy amablemente el propio Mihai nos ha ofrecido para traducir y publicar (podéis leer la reseña original, en inglés, aquí). Mihai es un fiel seguidor de la literatura fantástica escrita en español y en esta ocasión nos habla de Calabazas en el trastero: Entierros. Le agradezco muchísimo esta oportunidad y espero que disfrutéis con la reseña.
Un antología de terror centrada en entierros y funerales es un concepto muy interesante, con amplias oportunidades de hacer que el tema sea realmente espeluznante. Con el temor de ser enterrado vivo viniendo a mis pensamientos, un tormento convertido en aún más terrorífico por las historias de Edgar Allan Poe y la película Enterrado, protagonizada por Ryan Reynolds y dirigida por Rodrigo Cortés, Calabazas en el trastero: Entierros podía sepultarme bajo aún más pesadillas relacionadas con el camino final que todos hemos de tomar inevitablemente.
"El tratado de Michael Ranft" de Miguel Puente Molins – En la noche de Halloween dos amigos van al cementerio a desenterrar a una supuesta bruja gitana: uno de ellos para demostrar la afirmación de Michael Ranft, publicada en un tratado de doscientos años de antigüedad sobre los vampiros, de que las brujas son muertos vivientes; el otro, para desmentirlo. No hay nada especialmente rompedor en la historia que abre esta antología, pero Miguel Puente Molins ejecuta muy bien el tema del "Tratado de Michael Ranft". Los oscuros y arcanos volúmenes sobre temas ocultos siempre ejercen un influjo sobre mí y al autor crea además imágenes muy potentes con este relato. Los actos violentos que rodean la muerte de la supuesta bruja son brutales; sin caer en el gore gratuito, Miguel Puente Molins proyecta en los ojos de los lectores imágenes difíciles de olvidar mediante el acto brutal que conduce al suicidio de la presunta bruja. Y la falta de un giro original en la conclusión es compensada sobradamente por la forma en la que el protagonista experimenta el suceso final, incluso viendo a las ratas como pequeñas cositas dulces y juguetonas con la esperanza de que sean la causa de los horribles sonidos que le rodean.
"Certificado de defunción" de Manuel Osuna – Alfredo, un viejo enterrador que se esfuerza en llegar a fin de mes, acepta el extraño trabajo de llevar a un hombre sin identificar, muerto ahogado, al cementerio cercano. Cuando en medio de la noche una tormenta invernal le impide avanzar más y los lobos de los bosques cercanos asustan y hacen huir a sus caballos, Alfredo se enfrenta una inminente muerte por congelación o devorado por los depredadores nocturnos. Su único medio de escape parece ser el ataúd caído del carruaje. Manuel Osuna crea una excelente atmósfera con su historia; además, la incómoda sensación que dejan las peculiaridades del trabajo de Alfredo, la extremas condiciones climáticas y la amenaza de los depredadores nocturnos generan un ambiente opresivo, que funciona completamente. El final de la historia es algo predecible, pero afortunadamente la situación sólo se adivina bien llegado el final, hasta el punto de que "Certificado de defunción" me tuvo elucubrando sobre la resolución, con sobradas oportunidades de disfrutar con el proceso.
"De cómo el señor alcalde acude al debate nocturno de Buddy, 'el Enterrador'" de Juan de Dios Garduño – Buddy, un fracasado que se ha conformado con trabajar como enterrador y encargado del cementerio de su pueblo, suele celebrar debates intelectuales nocturnos en su casa, pero para el próximo, sobre la superioridad de la literatura de terror sobre la convencional, necesita invitar al alcalde para que apoye su postura. Es un historia bastante corta, pero todas las piezas de la trama encajan, satisfactoriamente, justo al final. También hay un toque de humor en el relato de Juan de Dios Garduño y aunque es bastante negro funciona en favor de la historia, añadiendo un interesante nivel adicional.
Todo es empezar de Pedro Escudero Zumel – Samuel, el narrador de la historia, recuerda, veintitrés años después, su primer día de trabajo como uno de los cuidadores del cementerio, cuando Antonio, el veterano del puesto, le guió en algunas de las tareas de su nuevo empleo. Sólo que algunas de ellas requerían más sangre fría de la que Samuel podía imaginar. Aunque el relato da un enfoque del tema de la antología diferente al de las historias anteriores, no consigue provocar un sentimiento de terror. Sí, el protagonista se ve enfrentado a algo completamente inesperado, pero su pánico me dejó frío y el peligro que le acecha durante sus años de trabajo no deja la sensación de amenaza que se nos quiere hacer ver.
"La procession de las plañideras" de Jorge Mulero Solano – Una procesión de plañideras sigue a los cuerpos y espíritus de 26 mujeres, muertas en extrañas circunstancias, al más allá. No he podido encontrar una trama definida en la muy corta extensión de esta historia y sólo puedo decir que algunas de las plañideras de la procesión son las virtudes mitológicas y que hay también algunas otras referencias a la mitología griega. Aunque es difícil definir el relato de Jorge Mulero Solano, contiene algunas imágenes potentes.
"El cruce de la música" de Francisco Jesús Franco – El protagonista de la historia secuestra a tres niñas que encuentra al borde de la carretera tras un accidente de coche. "El cruce de la música" está contado a través de la conversación que el protagonista tiene con las tres niñas secuestradas mientras las conduce a un lugar escondido en el bosque y ya en el destino, aunque se trata más bien de un monólogo, ya que las aterrorizadas niñas no participan en el diálogo. Este enfoque de Francisco Jesús Franco aporta gran fluidez a su relato. La charla constante está marcada por repentinos cambios en la actitud del protagonista, algunas veces muy educado, otras enfadado, otras burlesco, y arroja luz sobre el terror que hay detrás de sus actos y sus motivos. La tragedia de las tres niñas se desvela también a través de pequeños comentarios hechos cuando ellas reaccionan de alguna manera a algo que dice el protagonista; estos pequeños retazos de sus respuestas al temible suceso que las acecha añaden aún más horror a la historia.
"Cosecha de huesos" de José María Tamparillas – Lucas Cebrián hereda una pequeña granja de su tío pero sus esfuerzos se ven recompensados solamente con unas minúsculas cosechas y un gran número de huesos humanos enterrados. Desconoce que la gente de un pueblo cercano entierra a los suicidas en ese campo y cuando Lucas lo descubre, sospecha que hay algo que conecta esos entierros con sus pobres cosechas. José María Tamparillas construye una atmósfera profundamente oscura e inquietante a través de esta historia. Empezando por Lucas, un personaje cuya existencia está repleta hasta el borde de desgracias y continuando con el escenario, que arroja aún más penas sobre la calamitosa vida de Lucas, "Cosecha de huesos" es una historia llena de sentimientos inquietantes.
“Mes tras mes, año a año, Lucas peleaba con denuedo contra el destino que había heredado: una granja contagiada de lepra, en medio de un páramo insalubre donde sólo medraban los mosquitos, las culebras y las ratas: rodeado de una tierra estéril con la que había que pelearse para obtener algún fruto.”
Esta perturbadora sensación y esa opresiva atmósfera comienzan a aumentar; la constante presencia del calor y la humedad, la soledad auto-impuesta junto con las sospechas y los rechazos que Lucas soporta de los habitantes del pueblo y los extraños sucesos que rodean a los entierros hacen a la historia aún más escalofriante. La joya de la corona es una conclusión en forma de una larga y muy potente escena final, llena de imágenes sin concesiones y tensión de alto voltaje alrededor de un suceso de lo más siniestro. José María Tamparillas consigue un equilibro entre imágenes incómodas y sensaciones espeluznantes que hicieron que "Cosecha de huesos" me pusiera la piel de gallina. Potente caracterización y una excelente atmósfera convierten a esta historia en una de las mejores que he leído últimamente.
"No somos nada" de Laura Luna Sánchez – Mientras asiste al funeral de un amigo, la protagonista del relato hace comentarios sobre los demás asistentes. Aunque la historia toca el tema de la antología, se desvía de los elementos terroríficos para convertirse más en una denuncia de la hipocresía y el status social. Es también un relato muy corto, aproximadamente de la misma longitud que "De cómo el señor alcalde acude al debate nocturno de Buddy, 'el Enterrador'", pero mientras que aquél golpea a través del humor negro, "No somos nada" no ofrece ese tipo de compensación. Me temo que aunque los comentarios sobre la sociedad moderna y las relaciones a las que conduce son interesantes, la historia no da en el blanco en lo que respecta a los aspectos inquietantes y perturbadores que son el objetivo de la antología.
"Moroaica" de Juan José Hidalgo Díaz – Sophia Smith regenta una herbolistería, pero la otra cara de su negocio está relacionada con aspectos más ocultos. Cuando una condesa entra en la tienda y su sirviente llama a Sophia con una extraña palabra, siente que puede encontrar una respuesta, con ayuda de la condesa, al poderoso sueño que la acecha constantemente. El título de la historia me trajo asociaciones nada más leerlo; el moroi es una parte importante de la mitología rumana (se cree que un bebé que muere antes de ser bautizado, o que es asesinado o enterrado vivo o una persona enterrada sin ceremonia religiosa se puede convertir en un moroi. En otras leyendas, un moroi es el hijo de dos strigoi, que son malos espíritus de los muertos). La historia me demostró que no me equivocaba: “Moroaica” trata exactamente de ese elemento de la mitología rumana y lo hace con extraordinaria eficiencia. Juan José Hidalgo Díaz viste esta historia con potentes escenas y sensaciones espeluznantes; su historia me provocó, más de una vez, escalofríos por la columna vertebral. El extraño sueño de Sophia, sus visitas al manicomio y la historia que escucha son los momentos más destacados de este magnífico relato. El autor también adorna “Moroaica” con aspectos oscuros de la época histórica en la que se desarrolla la historia, añadiendo horror por medio de algunas crudas realidades de esos tiempos. Me ha encantado la tremendamente inquietante historia de Juan José Hidalgo Díaz no sólo por su excelente acercamiento a una leyenda rumana, sino por que enfoca el tema de la antología con originalidad.
"… Y evitar los malos pensamientos" de Manuel Mije – Un tío y su sobrino, ambos sordomudos, va un funeral a su pueblo y por el camino dejan pequeños objetos en la carretera. Esta historia es un poco extraña, pero en no en un modo malo. Funciona de forma sutil y el desenlace se deja colgando en el aire, sin una conclusión directa. De entre los relatos de esta antología, el de Manuel Mije es, además, el que deja un sentimiento más optimista al finalizar, pero sin renunciar a constatar a algunas tristes realidades sobre la humanidad por el camino.
"Una tumba vacía" de Juan Ángel Laguna Edroso – Un chico joven se esconde en el desván de la casa de sus abuelos para leer sus cómics favoritos. Una pequeña y agradable historia, con un atractivo giro y un toque metafísico. No es un relato espectacular, pero emite una vibración agradable, similar hasta cierto punto a las historias de “Tales from the Crypt”.
"Y llorarán por ti" de José Ignacio Becerril Polo – Un hombre se despierta para encontrarse en una de las peores pesadillas: ha sido enterrado vivo. Supongo que dado el tema principal de la antología, era inevitable que alguna de las historias visitara esta perspectiva del enterramiento. Sin embargo, lo que perjudica a "Y llorarán por ti" es que José Ignacio Becerril Polo cuente la historia en primera persona, porque me sacó de la tensión y el suspense de la situación. La perspectiva en primera persona me condujo a creer que el personaje no terminaría enterrado para siempre, porque de otro modo ¿cómo podría su narración comunicar los detalles que sólo el protagonista enterrado podría experimentar? Hacia el final, el autor consigue remontar un poco por medio de dos interesantes giros en la trama. Por desgracia, pese a que me gustó mucho el primero, el segundo se queda corto, en mi opinión. De nuevo es la perspectiva la que me incomoda, así como el hecho de que creo que el segundo giro tiene que ver más con el alma que con el cuerpo, algo que no parece aplicarse aquí.
"Es mi trabajo" de Sergio Mars – El enterrador del pueblo es llamado para atender al último fallecido, pero algunos muertos dan más trabajo que otros. No es la forma más memorable de cerrar esta antología, pero "Es mi trabajo" tiene el tono de los sentimientos que se asocian a las despedidas finales. La tristeza de la pérdida, la dificultad de aceptar un destino que nos espera a todos, visto desde ambas perspectivas, son aspectos interesantes del relato de Sergio Mars. Como decía, no es la historia más memorable de la antología, pero en modo bastante apropiado de finalizarla.
No todas las historias de Calabazas en el trastero: Entierros son aciertos plenos, pero la antología tiene el mérito de evitar la mayor parte de las trampas de su temática. Con muchos relatos originales, varios escritores sólidos y un par de historias memorables, Calabazas en el trastero: Entierros es una antología que merece la pena leer.