El mapa del caos, de Félix J. Palma

Banda sonora de la reseña: Sugiero leer esta reseña escuchando Orchestral Chaos, de Christophe Héral (Spotify, YouTube).

A este humilde blogger le hubiese gustado poder presenciar el proceso de creación de El mapa del caos o, en su defecto, disfrutar del poder de la telepatía para echar un discreto vistazo a los pensamientos de Félix J. Palma mientras escribía la novela. Pero como ninguna de esas cosas ha sucedido ni es siquiera posible en este universo, sólo le queda un recurso: la imaginación. Y, en su imaginación, el que escribe estas líneas dibuja al autor de El mapa del caos vestido como el jefe de pista de un grandioso circo, con sombrero de copa y chaqueta roja pero sin látigo -al menos en la mayor parte de los infinitos mundos del multiverso- y profiriendo, con una gran sonrisa en la boca y un brillo de absoluta felicidad en los ojos, aquello de "Y ahora, damas y caballeros, el más difícil todavía...".   

Porque El mapa del caos es todo lo que eran El mapa del tiempo y El mapa del cielo, pero más. Más personajes. Más aventuras. Más referencias a escritores y a sus obras. Más tropos de la ciencia ficción. Más universos. Muchos, muchos más universos.

Todo ello hace que El mapa del caos sea, no esperaba menos, una lectura muy disfrutable pero también mucho más exigente que en las anteriores entregas. Por un lado, haber leído los dos volúmenes anteriores se hace imprescindible para abordar la novela. No sólo porque en ésta se destripen muchas de las cosas ocurridas en ellas, sino porque hay detalles importantes de la historia que no se entienden completamente sin conocerlas. 

Por otro lado, la trama es bastante más compleja que los "mapas" anteriores, que seguían un desarrollo bastante lineal (o, al menos, todo lo lineal que pueden ser historias que involucran viajes en el tiempo). En El mapa del caos hay muchas subtramas que se desarrollan en paralelo, en oblicuo y hasta en perpendicular; que empiezan en los primeros capítulos y reaparecen casi al final; que podría dar la impresión de que son ficción y resulta que son realidad. No se me entienda mal: en ningún momento se produce ese "caos" al que parece aludir el título de la novela, pero es preciso estar muy atento a cada detalle, recordar cada aparición de cada personaje, cada momento y cada lugar, para seguir sin perderse la ruta que nos marca este mapa. 

No puedo menos que alabar la increíble capacidad de Palma para, volviendo a recurrir a las metáforas circenses, hacer malabarismos con tantas piezas a la vez, sobre todo cuando muchas de ellas son pequeños detalles que aparecían en los libros anteriores y que parecían carecer de importancia. Querer atar todos los cabos en una trilogía como ésta se me antoja una tarea tan difícil como arriesgada y no es la primera vez que los intentos por explicar y dar coherencia a muchos hechos aparentemente desconectados dan al traste con una obra. Palma, sin embargo, supera el examen airoso y con nota. 

Debo decir, sin embargo, que esta minuciosidad también tiene sus inconvenientes. El libro pierde agilidad con respecto a las dos primeras novelas de la trilogía. Hay muchas piezas que colocar en el tablero antes de que comience la partida y eso lastra notablemente el desarrollo de la historia. Además, en determinados momentos la cantidad de información que el lector debe asimilar es considerable y se hace necesario detenerse y consultar el mapa para darse cuenta de en qué lugar del camino se encuentra uno.

Pese a ello, El mapa del caos es una novela francamente recomendable y una estupenda conclusión para esa Trilogía Victoriana que ya ha hecho historia en la ciencia ficción española. Acomódense, relájense y prepárense para disfrutar del mayor espectáculo del mundo: la Literatura.