Banda sonora de la reseña: Sugiero leer esta reseña escuchando Games People Play, de The Alan Parsons Project (Spotify, YouTube).
Claire North es una de las voces más interesantes de la literatura especulativa actual. Sin llegar aún a los treinta años, ha escrito más de una docena de novelas bajo tres nombres
diferentes: Catherine Webb (su verdadero nombre), Kate Griffin y Claire
North, pseudónimo este último con el que ha firmado The First Fifteen Lives of Harry August y Touch, de las que hemos hablado por aquí tanto Antonio Díaz como un servidor.
Su obra más reciente es The Gameshouse, una trilogía de novelas cortas que, en principio pueden leerse de forma independiente, pero que cobran todo su sentido y se disfrutan más plenamente leídas en conjunto. De hecho, me atrevería a afirmar que perfectamente podrían ser editadas en forma conjunta, en una suerte de fix-up, y convertirse, sin problema alguno, en la tercera novela de la autora, ya que el nexo común entre las tres historias es muy fuerte.
Estas tres novelas cortas, The Serpent, The Thief y The Master, comparten, además de algunos personajes, una temática común que sirve de hilo conductor a una trama más amplia. La Casa de Juegos que da título a la serie es una misteriosa institución en la que, además de los clásicos juegos de azar, de estrategia o de habilidad como el póker, el ajedrez o los dados, se practican otros juegos mucho más reales, que tienen por tablero ciudades o países completos (o incluso el mundo entero, en el caso más extremo) y por fichas a personas de carne y hueso. Además, las apuestas van mucho más allá del honor o el dinero, y un jugador puede encontrarse, tras la disputa de una de las partidas, perdiendo varios años de su vida, adquiriendo la habilidad para hablar un idioma extraño o encontrándose con que padece el asma que antes aquejaba a su contrincante.
Mientras los jugadores disputan estas partidas, el resto de las personas involucradas, voluntaria o involuntariamente, verán su vida drásticamente afectada por el desarrollo del juego. Y, de hecho, ése es el gran tema común a las tres obras: la influencia del poder que, en manos de unos pocos jugadores cegados por el ansia de victoria, manipula, transforma y conduce al mundo por determinados caminos. Se trata, pues, de una nada velada metáfora de los juegos políticos y económicos que han moldeado, moldean y serguirán moldeando la Historia al antojo de unos pocos privilegiados, pero no es por ello una metáfora menos válida o una reflexión menos interesante.
Una de las cosas que más me ha llamado la atención de estas novelas cortas, como ya me sucedió al leer Touch y me está sucediendo con The First Fifteen Lives of Harry August (que me encuentro escuchando en audiolibro), es el increíble dominio de la prosa del que hace gala North. Con apenas una frases, es capaz de evocar completamente, casi como por arte de magia, todo el ambiente de una ciudad o de una época o de describir de forma casi perfecta a un personaje. Además, en este caso, el registro de cada una de las novelas cortas es diferente entre sí, especialmente en el caso de The Serpent, donde el lenguaje es muchísimo más barroco y las frases mucho más largas y serpenteantes, lo que encaja de modo magistral con el escenario de la Venecia del siglo XVII donde transcurre la historia.
Como podéis deducir, a las tres novelas cortas que conforman The Gameshouse no les faltan virtudes. Pero también tienen, a mi entender, algunos pequeños problemas que las alejan un pequeño paso de la perfección. Por un lado, y como ya sucedía en Touch, hay grandes partes de la narración que se centran más en el aspecto de thriller de la trama, con montones de persecuciones, peleas y escapes por los pelos, que en la parte especulativa. Me hubiera gustado saber un poco más, por ejemplo, de la historia y la naturaleza de la Casa de Juegos. Además, creo que los juegos que se nos presentan en las tres historias podrían haber sido un poquito más variados (los de The Thief y The Master se parecen demasiado entre sí, para mi gusto) o quizá se podrían haber presentado algunas otras partidas secundarias a través de flashbacks, una técnica que North domina a la perfección y que aquí no explota lo suficiente.
En cualquier caso, The Serpent, The Thief y The Master constituyen una nueva muestra del asombroso talento de esta autora, que en muy poco tiempo se ha convertido en una de esas pocas personas de las que quiero leer cualquier cosa que escriban. Por el momento, para el año que viene ya se ha anunciado la publicación de The Sudden Appearance of Hope, su nueva novela, y yo ya estoy salivando.
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