Si seguís el mundillo de las reseñas de ciencia ficción en español, últimamente habréis notado una perturbación en la fuerza, una presencia nueva y arrolladora que responde al nombre de Origen Cuántico. El buen Ori (podría deciros su nombre real, pero no sabríais pronunciarlo) lleva semanas dándome la lata por Twitter para que le deje escribir una reseña en Sense of Wonder porque dice que en su blog se ha quedado sin espacio. Como creo firmemente en ayudar a las nuevas promesas (espero que me nombre en los agradecimientos cuando le den el Ignotus), he accedido encantado y para nada coaccionado. Así que os dejo con Ori, que reseña uno de los relatos más desconocidos pero más influyentes de la historia de la literatura fantástica: ¡espero que os guste!
Banda sonora de la reseña: Sugiero leer esta reseña escuchando Como un huracán, la versión de Babylon Chat de Like a Hurricane, de Neil Young (YouTube, Spotify).
Datos del relato
- Autor: Tsing Fun Da
- Año publicación: 1969, revista Memory Palace
- Traducción: Ma Che Toh, Cuentos para Ori
- Antología: Cuentos para Ori Semana III
- Fecha de lectura: 29 de febrero de 2017
Como el resto de relatos cortos que estoy leyendo, la traducción es de Ma Che Toh, de Cuentos para Ori. Podéis descargar el relato gratuitamente desde su Blog:
La bata mágica (.jpg, .exe, .xls, .ppt y .pelota)
No sé qué trolas os habrá contado el meloncio de odo en la introducción, pero la verdad verdadera es que lleva semanas dándome la lata por Twitter para que le escriba una reseña en Sense of Wonder porque dice que su blog está estancado y no acaba de despegar. Como creo firmemente en ayudar a nuestros mayores (lo nombraré en los agradecimientos cuando me den el Ignotus), he accedido encantado y para nada coaccionado. Así que preparaos para una reseña de las mías, de esas que escribo a las tres de la mañana aprovechando que llevo tres lustros seguidos sin dormir.
Todos conocéis de sobra a Tsing Fun Da, pero me gustaría que fuera la propia Ma Che Toh la que la presente, que siempre es más fácil copiar y pegar de otro sitio que escribir cosas desde cero, sobre todo a las tres de la mañana escuchando el ruido del camión de la basura e iluminado con una vela para no despertar a mi mujer y a mi hija:
Tsing Fun Da es un caso raro dentro de la literatura fantástica. Ha saltado a la fama mundial por su emporio internacional de accesorios para libros electrónicos, pero antes de eso publicó un único aunque excepcional relato, "La bata mágica", escrito en versos alejandrinos en coreano meriodional antiguo. El cuento apareció inicialmente en la revista Memory Palace, famosa por haber dado a conocer a otros excelentes autores como Ben Pa Ká o Deh Kè Bash, y causó un gran revuelo por su arriesgado acercamiento a una de las leyendas más famosas de la mitología coreana. Debo decir que Fun Da ha sido muy amable al permitirme traducir este relato para vosotros así que: Thanks, Fun Da!
Como bien dice Ma Che Toh, "La bata cuántica" es un retelling (que no tengo ni idea de qué significa, pero he visto que los expertos y los críticos siempre ponen en sus reseñas alguna palabra en inglés y en cursiva, así que yo no voy a ser menos) de una vieja leyenda coreana. En ella, un troll encuentra una extraña bata mágica que le confiere poderes maravillosos, como ser terriblemente sexy, poder opinar de libros sin haberlos leído o pronunciar correctamente el nombre de Ken Liu (si no sabéis cómo se hace esto último, os recomiendo que veáis este vídeo grabado en la EuroCon de Andorra).
Debo decir que este es el primer relato que he leído en mi nuevo Kindle Paperwhite, cosa que me ha resultado un poco difícil porque mi mujer no me deja sacarlo de la caja y he tenido que leerlo por una rendija del borde del paquete. Menos mal que tiene luz, porque con mi Kindle antiguo habría sido imposible. También es un relato especial para mí porque Tsing Fun Da lo escribió con cinco años, que será exactamente la edad que mi hijo, que no sé si os he dicho alguna vez que está a punto de nacer, tendrá dentro de cinco años.
Solo puedo expresar lo que me ha producido la lectura de este relato con una palabra: sensaciones. Hace seis meses, cuando en vez de leer me dedicaba a jugar al Jai Alai en el frontón de mi barrio y a escuchar a Su Ta Gar (que no son coreanos, aunque tampoco se entienda nada de lo que cantan), nunca podría haber imaginado que una serie de palabras puestas detrás de otra me pudiera provocar sensaciones. Pero lo hacen. Muchas sensaciones. Como ver el amanecer más bonito del mundo en un campo lleno de rosales en flor, vestido de seda, comiendo miel a cucharadas y escuchando todas las sinfonías de Mozart a la vez. Y todo eso con solo 42 palabras. Increíble.
Además, el tema de las batas es especialmente importante para mí. Una vez, de pequeño, tuve una bata. Sin ir más lejos, ayer salí con mi mujer, que está embarazada y pronto a dará a luz, no sé si os lo había dicho alguna vez, a comprar una bata para ir a la cena de gala de la próxima HispaCon. Y cuando me pongo a leer a Tsing Fun Da, que era una de mis autoras pendientes desde que empecé el blog, ¿qué me encuentro? ¡Batas! Tengo que decir que me ha llegado mucho.
Además, el tema de las batas es especialmente importante para mí. Una vez, de pequeño, tuve una bata. Sin ir más lejos, ayer salí con mi mujer, que está embarazada y pronto a dará a luz, no sé si os lo había dicho alguna vez, a comprar una bata para ir a la cena de gala de la próxima HispaCon. Y cuando me pongo a leer a Tsing Fun Da, que era una de mis autoras pendientes desde que empecé el blog, ¿qué me encuentro? ¡Batas! Tengo que decir que me ha llegado mucho.
Puedo decir sin temor a exagerar que este es uno de los tres mejores relatos coreanos de batapunk gótico que he leído en mi vida, un género que ayer ni sabía que existía y que ahora mismo ni siquiera tengo claro que no sea un producto de mi imaginación (como las listas de escritores chinos que se inventa odo). Pero quiero leer más batapunk, sea lo que sea. Y quiero más Tsing Fun Da. No sé cómo podía vivir hasta ahora sin Tsing Fun Da. Me ha cambiado la vida.
No entiendo que este relato no sea más famoso y que no se haya llevado seis Premios Hugos envueltos en dos Ignotus, además del Balón de Oro, el Goya al mejor actor secundario y el Nobel de Medicina. Pero quién soy yo, que apenas acabo de empezar en esto, para decirle nada a los expertos que se pasan el día leyendo a Bob Dylan mientras escuchan canciones de Camilo José Cela. Poco me importa, porque "La bata mágica" entra directo a mi Palacio de la Memoria (en cuanto el ayuntamiento me apruebe la licencia de obras de ampliación, que hace rato que se me ha quedado pequeño) y le pongo un 9,9, como a Melendi, y sólo por debajo de Baby Metal cantando con Judas Priest.
Todo un honor que Elías me haya dejado publicar una reseña en su blog y sobre todo que se haya tomado el tiempo de escribir un estupendo artículo para el mío.
ResponderEliminarGracias Elías, de verdad.
Batapunk for ever!!!
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