Banda sonora de la reseña: Sugiero leer esta reseña escuchando An Ending (Ascent) de Brian Eno (Spotify, YouTube).
Geodesica: Ascent, de Sean Williams and Shane Dix, es una novela que sólo se me pasó completamente desapercibida cuando se publicó hace 10 años, sino que ni siquiera sabía que existía hasta hace unos pocos meses.Por fortuna para mí, Open Road Media realizó una nueva edición el año pasado y he tenido la oportunidad de leerla y disfrutarla.
El libro, que es la primera entrega de una duología que se completa con Geodesica: Descent, tiene tres temas principales. La historia gira alrededor del descubrimiento de un big dumb object, así es principalmente una historia de artefacto. Pero también tiene muchos tropos de Space Opera e incluso algunos elementos de distopía para hacer más apetitosa la mezcla. El resultado final es tan atractivo como entretenido de leer.
Como gran fan de novelas como Cita con Rama o Pushing Ice, la exploración de Geodesica, el misterioso artefacto alienígena del título, es mi parte favorita de la novela. No es que sea especialmente original, pero está llena de sentido de la maravilla y los tiempos están perfectamente medidos, con giros y sorpresas en los momentos adecuados. Me hubiera gustado que el artefacto tuviera más relevancia en ciertos puntos de la historia, pero en vista del cliffhanger del final del libro, supongo que los autores decidieron reservar las grades revelaciones para la secuela.
También me han gustado mucho las escenas de batallas, que son intensas y vívidas, con montones de tecnologías y sorprendentes y armas superpoderosas. Williams y Dix, además, entretejen con mucha inteligencia la trama central con una historia de intrigas políticas y tensiones crecientes en la que el control del artefacto alienígena es uno de los objetivos principales. En este sentido, el libro se asemeja en ocasiones a una especie de partida de ajedrez en un inmenso tablero interestelar sobre el que las distintas facciones (cuyas afinidades no siempre tan transparentes como les gustaría hacernos creer) están solamente comenzando a colocar las piezas.
No revelaré nada más de la trama porque uno de los placeres de leer Geodesica: Ascent es, por supuesto, ir descubriendo la naturaleza del big dumb object. Baste con decir que me recordó en parte a Eón de Greg Bear (aunque me ha gustado mucho más Geodesica que la novela de Bear) y a The Heritage Universe de Charles Sheffield. De hecho, creo que la comparación con Sheffield es bastante adecuada, ya que la novela tiene un marcado (y esto lo digo en el mejor de los sentidos posibles) sabor clásico en contraste con el tono más oscuro de las historias de la New Space Opera.
A pesar de todas sus virtudes, también tengo algunas quejas menores acerca de Geodesica: Ascent. Por un lado, el ritmo es relativamente lento en algunas partes, lo que es especialmente notorio en el primer tercio del libro. No lo sabré con certeza hasta leer Geodesica: Descent, pero tengo la sensación de que estos libros se podrían haber recortado para crear una sola novela con una trama más centrada y directa. Por otra parte, y esta es mi mayor queja, de los tres protagonistas principales de la historia, hay uno (Melilah Awad) que es mucho menos interesante que los otros dos. De hecho, su participación en la línea central de la trama es bastante circunstancial y, de no ser por una coincidencia fortuita, habría sido prácticamente irrelevante en el libro. De nuevo, es posible que tenga que revisar mis impresiones si Melilah resulta ser central en la historia de la segunda novela, pero estas son mis sensaciones en estos momentos.
A pesar de estos problemas menores, Geodesica: Ascent es una buena y muy sólida novela de ciencia ficción y recomiendo su lectura, especialmente a los fans de las historias de artefactos alienígenas. Yo, desde luego, espero con ganas la oportunidad de seguir explorando Geodesica en la segunda y definitiva entrega de la serie.
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