jueves, 21 de mayo de 2015

Hieroglyph, antología de Ed Finn y Kathryn Cramer

Banda sonora de la reseña: Sugiero leer esta reseña escuchando Hieroglyph, de Gogol Bordello (Spotify).

Está visto que esta semana la cosa va de Neal Stephenson. El lunes reseñaba su esperada nueva novela y hoy os quiero hablar de Hieroglyph: Stories and Visions for a Better Future, una antología de Ed Finn y Kathryn Cramer que no sólo incluye una historia suya, sino que está inspirada por uno de sus proyectos. 

Project Hieroglyph es, en efecto, una iniciativa de Neal Stephenson para fomentar la producción de historias de ciencia ficción que sirvan de inspiración para la innovación en ciencia y tecnología. Así, surge Hieroglyph, una antología que incluye relatos de autores como el propio Stephenson, Cory Doctorow, Elizabeth Bear, David Brin, Charlie Jane Anders o Bruce Sterling y en la que se pretende imaginar un futuro en el que la sociedad se ha visto transformada positivamente por nuevas invenciones tecnológicas. Con esa lista de autores y esa premisa, el libro parece de lo más prometedor, ¿verdad? Pues siento tener que decir que el resultado final se queda muy por debajo de las expectativas creadas. 

El principal problema de Hieroglyph es que, irónicamente, pese a tener como objetivo imaginar y crear un nuevo futuro, los relatos que nos ofrece son, en su conjunto, muy pobres en cuanto a variedad y originalidad. Todos ellos parecen enmarcarse en una de dos corrientes: o bien tratan de proyectos faraónicos como colonias lunares o torres de cientos de kilómetros de altura, o bien se centran en los peligros causados por alguna nueva tecnología que amenaza con transformar la sociedad (se ve que algunos no entendieron lo del "better" en "better future"). 

Como ejemplo paradigmático del primer tipo tenemos "Atmosphaera Incognita", de Neal Stephenson, que abre la antología y fija el tono para bastantes relatos posteriores. Son muchas las historias de Hieroglyph que repiten el mismo esquema: emprendedor excéntrico pero brillante que se empeña en sacar adelante un proyecto de ingeniería que roza lo imposible. Cuentos como "The Man Who Sold the Moon", de Cory Doctorow, "Johnny Appledrone vs. the FAA", de Lee Konstantinou o "A Hotel in Antarctica", de Geoffrey A. Landis, prácticamente calcan este argumento sin apenas variaciones más allá de la naturaleza de la construcción que se pretende completar en cada caso. 

En todas estas historias que menciono, los personajes son planos y estereotipados, el desarrollo es previsible (incluyendo las dificultades que dejan el proyecto en cuestión casi tocado de muerte y, por supuesto, el éxito final gracias al ingenio y la perseverancia de los protagonistas) y el tono es frío y desapegado. Algunos de ellos, de hecho, parecen escritos expresamente para servir de diana a los que critican la ciencia ficción hard, puesto que caen en todos y cada uno de los defectos que se le suelen señalar al subgénero. Incluso para mí, que suelo disfrutar con las historias que exploran un idea abstracta y valoro la especulación por encima del desarrollo de personajes, ha sido muy difícil conectar con estos relatos.  

Los cuentos, además, tienden a no ser especialmente cortos: casi todos están alrededor de cuarenta páginas y, en el caso del de Doctorow, cerca de las noventa. Como consecuencia, prácticamente la mitad del libro (que tiene una longitud considerable) es la misma historia contada como media docena veces. Confieso sin rubor que, hacia el tercio final de la antología, empecé a saltarme sin miramientos aquellos relatos que me parecían simplemente más de lo mismo.

En cuanto a los relatos que no se ajustan al esquema de "construyamos el aparato más grande que se nos ocurra", creo que "By the Time We Get to Arizona", de Madeline Ashby, es muestra clara de varios de los errores en los que cae la antología. En este aburrido y poco inspirado cuento, la autora aborda dos temas a priori interesantes: la inmigración y la falta de privacidad en una sociedad hipervigilada. Sin embargo, el tratamiento es pesado, plomizo y, desde luego, completamente ortogonal con los objetivos que supuestamente tiene Hieroglyph. No hay nada que se puede calificar de optimista en el futuro imaginado por Ashby y, de hecho, la única tecnología que se nos presenta tiene unas connotaciones inequívocamente negativas. 

El resto de historias se ven aquejadas por idéntica falta de inspiración y ausencia de un enfoque claro. Pero su principal defecto es, como mencionaba más arriba, su carencia casi completa de originalidad. Parece increíble que en una lista de autores como la que nos presenta Hieroglyph ninguno haya sido capaz de pensar por un momento de forma diferente y romper con el esquema clásico de historia de ciencia ficción centrada en la tecnología. Este pobre bagaje resulta aún más triste si se examina a la luz de los objetivos del propio Project Hieroghlyph: imaginar, inventar, innovar. 

Estoy diciendo que ninguno de los autores consigue tratar el tema de la transformación tecnológica del futuro de forma distinta, pero estoy faltando a la verdad. Bruce Sterling en "Tall Tower" se aparta radicalmente del camino marcado por los anteriores relatos para ofrecernos una historia brillante y cargada de sentido del humor. La odisea del caballo que quiere convertirse en transhumano (o transcaballo o postequino o lo que sea) ascendiendo a una gran torre orbital no sólo es muy divertida, sino que demuestra que explorar un tema de forma no literal ofrece a veces mucho mejores resultados que abordarlo de manera directa. Una pequeña joya entre un océano de mediocridad que debería sacar los colores a la mayor parte del resto de autores incluidos en Hieroglyph.

Creo que ha quedado suficientemente claro con lo que he dicho hasta el momento, pero por si alguien alberga alguna duda, no recomiendo la lectura de Hieroglyph. En último caso, y si alguien tiene verdadera curiosidad, aconsejaría leer sólo el primer y último relatos del libro: el de Stephenson y el de Sterling. Por un lado, "Atmosphaera Incognita" es quizá la mejor desarrollada de las muchas historias de mega-proyecto que aparecen en la antología. Por otro, "Tall Tower" es original, inteligente y un perfecto contrapunto al cuento de Stephenson, puesto que trata el mismo tema dándole un enfoque diametralmente opuesto. Leídas estas dos historias, el resto me parecen perfectamente prescindibles. 

2 comentarios:

  1. Este lo tenía en la lista de pendientes, por si algún día bajaba su precio. Casi que lo voy borrando...

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  2. A mí me aburrió, pero hay gente a la que le ha gustado mucho y varios relatos están nominados para el Locus, si no recuerdo mal. Yo no lo recomiendo, pero para gustos, colores.

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