Banda sonora de la reseña: Sugiero leer esta reseña escuchando Into the Storm, de Blind Guardian (Spotify, Youtube).
Hace bastante tiempo que tengo en la pila Empire in Black and Gold, de Adrian Tchaikovsky. El concepto del libro me atrae un montón, pero no sido capaz aún de reunir la presencia de ánimo necesaria para embarcarme en una serie que consta de 10 libros, todos ellos de considerable longitud. Sin embargo, en el momento en que se anunció la presencia del autor en el Festival Celsius 232, decidí retomar la lectura de Spiderlight, una de las novelas que más me estaba gustando de entre las publicadas en la revista Aethernet, de la que hablé aquí mismo hace pocos días.
A primera vista, Spiderlight puede parecer una novela de espada y brujería al uso. Como es habitual en ese tipo de historias, encontraremos viajes peligrosos, monstruos aterradores, hechizos espectaculares y batallas sin cuartel. Tenemos también, por supuesto, el grupo de aventureros según mandan los cánones: el caótico mago, la purísima sacerdotisa, la aguerrida arquera, el fornido paladín y el astuto ladrón. Y, no podría ser de otra forma, el malvado señor del mal al que nuestros héroes deben derrotar para salvar al mundo.
Tchaikovsky maneja todos estos elementos con enorme soltura y nos ofrece muchos momentos brillantes. Pero no es por eso por lo que Spiderlight destaca especialmente. La gran virtud de esta novela es que el autor toma todos los clichés del género y los pone del revés, con mucha inteligencia, grandes dosis de humor y bastante mala leche. Ya desde el primer capítulo es fácil darse cuenta de que ésta es una historia que no va a seguir precisamente el camino marcado. Salvando las distancias, Spiderlight es a la espada y brujería lo que La Primera Ley de Abercrombie es a la fantasía épica.
El gran acierto de Tchaikosvky, y el hilo conductor sobre el que se vertebra toda la novela, es hacer explícito lo que en este tipo de novelas suele ser sólo un subtexto más o menos implícito según el caso. Y es que en el mundo de Spiderlight no es que haya buenos y malos, es que se puede saber quién es bueno y quién es malo, quién es de la luz y quién de la oscuridad. Los poderes de la Iglesia de Armes permiten a sus acólitos determinar, sin lugar a dudas, quién pertenece al bien y quién al mal. Así que cuando el grupo de protagonistas se ve obligado a aceptar entre sus filas a una criatura de la oscuridad, el conflicto está servido.
La dinámica de las relaciones entre los personajes es el plato fuerte de Spiderlight y está perfectamente desarrollada por Tchaikosvky. La presencia de Nth, la malvada criatura-araña, entre las filas de los píos aventureros hará que estos tengan que replantearse sus valores, sus criterios y hasta sus más profundas creencias. La tensión entre ellos va en aumento hasta llegar a un final tan adecuado como subversivo, con algunas escenas que no revelaré para no estropear la lectura a nadie, pero que son absolutamente magistrales y que no puedo evitar recordar, aún ahora, con una sonrisa en los labios.
Y es que Spiderlight está cargado de ironía y humor. Los diálogos del mago Penthos, un personaje obsesionado con prender fuego a todo, son extremadamente graciosos. La relación entre el paladín y la arquera da lugar a escenas realmente memorables. Y no hablemos del pedante guía que acompaña al grupo en una parte de su viaje, que de cargante resulta de lo más cómico. Tchaikovsky ha sabido llevar a todos los personajes hasta el extremo del estereotipo para desmontarlo y reírse de todos los tropos del género y lo ha hecho con una maestría y una aparente sencillez totalmente envidiables.
Si a esto le unimos que la narración es muy ágil, que la propia trama es también interesante en sí misma como historia de fantasía pura y que los cliffhangers (no olvidemos que ésta es una obra pensada para ser editada por entregas) están muy trabajados, el balance final es que Spiderlight es una novela de lo más recomendable. Puede parecer una obra menor dentro de la producción de Tchaikovsky y, ciertamente, ha pasado bastante desapercibida por la forma en que ha sido publicada, pero en realidad es una pequeña gema escondida que estoy seguro que sabrá apreciar todo el que se acerque a ella.
No quiero terminar esta reseña sin lanzar una pequeña reflexión sobre un comentario del propio Adrian Tchaikosvky acerca de la longitud de Spiderlight. Hablando de ella, el autor no tenía claro si llamarla novel (novela) o novella (novella corta) y hace este llamativo apunte:
Apparently 70-80k is a novel. In which case I think Epic Fantasy as a genre needs to go to some sort of counselling.
que en traducción libre viene a ser:
Al parecer 70-80 mil palabras es longitud de novela. En ese caso, creo que el género de la Fantasía Épica debería hacérselo mirar.
A lo que yo sólo puedo añadir: "Debería hacérselo mirar, indeed."
En definitiva, y volviendo a lo que nos atañe, Spiderlight ha sido una excelente forma de tomar contacto con la obra de Adrian Tchaikovsky. Es inteligente, original, divertida, ágil y muy entretenida, además de tener un mensaje bastante más profundo y sutil de lo que suele ser habitual en la fantasía de aventuras. No sé si en algún momento verá la luz como novela independiente (aprovecharé la presencia del autor en el Celsius para preguntárselo), pero sería una pena que no llegara a un público más amplio por estar sólo disponible en la revista Aethernet (que, por otro lado, ya he dicho que recomiendo totalmente). Si podéis haceros con esta novela, no lo dudéis. Estoy convencido de que os gustará.