jueves, 11 de abril de 2013

Angelmaker de Nick Harkaway

Angelmaker de Nick Harkaway es un libro que me llamó la atención desde que leí su sinopsis. Con las buenas reseñas que fueron apareciendo, mi interés aumentó y el libro subió puestos en la pila hasta hacerse finalmente un hueco, aunque no llegó a impresionarme lo suficiente (ni en lo bueno ni en lo malo) como para decidirme a hacer una reseña. Sin embargo, en vista de las nominaciones que ha recibido (primero ganó el Red Tentacle en los Kitschies y la semana pasada se anunció que es finalista el Premio Arthur C. Clarke) me he decidido a escribir un pequeño comentario. 

Lo primero que quisiera señalar es que Angelmaker es un libro un tanto atípico y que resulta difícil encasillar. Mezcla el technothriller con la novela de espías y las historias secretas del mundo e incluso añade algunos elementos surrealistas o de ciencia ficción. A priori es una combinación original y más que interesante, pero creo que precisamente por esa ambición de intentar abarcar tantas cosas diferentes, acaba resultando fallida.

La historia está protagonizada por Joe Spork, un relojero con una historia familiar bastante peculiar, que se ve involucrado en una trama de espionaje que amenaza con destruir el mundo. Todo ello a raíz de la aparición de un misterioso aparato: el Angelmaker que da título a la novela. Pero el personaje más interesante de toda la obra es, sin duda alguna, Edie Banister, una anciana de noventa años que fue espía en su juventud y que aún guarda algún que otro as en la manga pese a su avanzada edad.

El libro está francamente bien escrito. El autor es un artesano del lenguaje y el libro está lleno de juegos de palabras y términos inventados que resultan sorprendentes y dotan a la novela de una personalidad propia muy marcada. Además, la narración está plagada de disgresiones y flashbacks que, en la mayor parte de las ocasiones, resultan mucho más interesantes que la trama principal (en esto recuerda un poco a ciertas obras de Neal Stephenson). Por ejemplo, la historia de cómo Edie Banister se convirtió en espía (que conocemos a través de las rememoraciones de la propia Banister) es, simplemente, brillante. Muchos de los personajes secundarios, en su mayoría deliberadamente caricaturescos, resultan extremadamente interesantes (mucho más que el personaje principal).

Sin embargo, pese a estos momentos de brillantez, el libro, como conjunto, no funciona. La trama es la habitual en bestsellers al uso (como El Ocho de Katherine Neville): un personaje “normal” se ve envuelto involuntariamente en una conspiración que amenaza con destruir el mundo mediante el extraño “poder” de un artefacto, despertando ecos de su pasado e involucrando a toda su familia y sus amigos. En este sentido, no resulta atractivo para el lector que espera “algo más”. Pero tampoco es una obra orientada al consumidor habitual de bestsellers, porque el estilo es muy elaborado y las continuas disgresiones hacen que por momentos resulte difícil seguir la historia.

Por otro lado, los elementos de fantasía y ciencia ficción son meras excusas para intentar justificar la existencia de un aparato (el Angelmaker o Aprehension Engine) que no resulta creíble (ni siquiera “amenazante”) en modo alguno. El autor intenta, sin éxito, dotar a la historia de una dimensión filosófica que ni era necesaria ni se desarrolla de forma satisfactoria. Todo ello, mediante argumentos endebles, manidos y superficiales ("la física cuántica nos enseña que la consciencia modifica la realidad") que parecen sacados de una lectura apresurada y no bien digerida de un manual pseudocientífico. Estos elementos podrían haberse eliminado o sustituido por otros (sobrenaturales o no) sin apenas impacto en la historia.

Lo mismo sucede con una supuesta ambientación de clockworkpunk. Se maneja la idea de una tecnología basada en artefactos mecánicos y una filosofía, la de los Ruskinitas, que es contraria a la producción en masa de aparatos tecnológicos y defiende el papel del artesano en la creación de los objetos. Estos conceptos resultan atractivos pero, lamentablemente, no se integran con el resto de la historia y se reducen a unos meros toques pintorescos.

En cuanto a los personajes, la evolución del protagonista principal es poco verosímil. No quiero entrar en spoilers, pero Joe Spork sufre una transformación radical que no es posible justificar ni por lo que sabemos de él inicialmente ni por las circunstancias en las que se ve envuelto. De igual modo, no resulta creíble ni se explica en modo alguno la atracción irresistible que siente por él Polly Cradle, un personaje que por la descripción que hace el autor debería estar totalmente fuera del alcance de Joe.

Por si esto fuera poco, hay algunas escenas o temas que pueden llegar a herir ciertas susceptibilidades y que no parecen justificadas ni necesarias en la novela. Pero quizá el elemento más decepcionante de todo el libro es una resolución poco menos que ridícula (e increíblemente tópica) que, además, no está acompañada de la necesaria sensación de urgencia e inminente desastre que tendría que haberse ido creando poco a poco a lo largo de la historia.

Todo esto hace que, en el balance final, Angelmaker sea una novela notable (incluso sobresaliente) en lo formal pero muy desequilibrada como conjunto y con una trama que no está a la altura de las circunstancias. Aún así, Nick Harkaway es un autor a seguir, porque si logra desarrollar todo el potencial que apunta en este libro, podría conseguir escribir auténticas obras maestras.

4 comentarios:

  1. Una pena con la buena pinta que tenía. Aunque no la descarto del todo, por desgracia tiene tantas cosas que me resultan interesantes...

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  2. Reconozco que mi opinión es minoritaria (la novela parece haber gustado mucho en general), pero...

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  3. Pues creo que voy a aparcar este libro. Por un lado, por lo que dices, y, por otro, porque creo que son casi 600 páginas. Lo curioso es que leo por ahí como dos tendencias; los que le perdonan al autor la tendencia a la digresión, porque encuentran estas muy buenas, y los que, admitiendo que escribe bien, no lo hacen. No, la verdad es que creo que tengo demasiada lectura acumulada, así que se agradece la reseña.

    Por cierto, que a ver cuándo toca el próximo verdhugos!

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  4. A mí las disgresiones me gustaron. Lo que no me convence es esa trama de technothriller barato, esa evolución inverosímil de los personajes y ese final ridículo. De hecho, si yo recomendara leerlo (que no lo hago) sería, sobre todo, por las disgresiones.

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