Banda sonora de la reseña: Sugiero leer esta reseña escuchando Aurora, de Foo Fighters (Spotify, YouTube).
No sabía muy bien qué esperar de Aurora, la nueva novela de Kim Stanley Robinson. 2312 (que reseñé hace un tiempo) tenía un montón de ideas alucinantes y muchas imágenes asombrosas pero, en mi humilde opinión, también una trama muy tenue, personajes bidimensionales y, lo peor de todo, partes tremendamente aburridas. Aurora se acerca a muchos de los mismos temas que esa otra novela (de hecho, parece que están situadas en el mismo universo pese a ser de lectura completamente independiente) y es, globalmente, un libro mucho mejor, aunque con sus propios problemas.
Aurora es, principalmente, una historia de naves generacionales y el lector se encontrará con la mayor parte de los tropos del subgénero, con especial énfasis en las dificultades técnicas y sociológicas de un viaje tan largo. De hecho, la primera parte de la novela es bastante convencional. Aunque es de fácil lectura y me encontré casi a la mitad del libro sin apenas darme cuenta, no tiene nada particularmente atractivos, nada que haga que Aurora destaque entre las docenas de historias de naves generacionales que hay por ahí.
La segunda parte, por el contrario, es mucho mejor. Tras un cierto suceso que no mencionaré para evitar los spoilers (y con el que creo que el autor hace un poco de trampa), la historia se vuelve más interesante y mucho más original. Nos encontramos con algunas escenas realmente fascinantes, llenas de tensión y de sentido de la maravilla que son, sin duda, lo mejor de la novela y que resultarán más que atractivas para los fans de la CF dura. Además, el final tiene algunas inesperadas (al menos para mí) conexiones con cierta obra de Stanislaw Lem (cuyo título, de nuevo, me abstendré de mencionar porque podría arruinar varias sorpresas).
Junto a estas partes brillantes, el libro presenta también algunos problemas. Aunque la historia está mucho más centrada que en 2312, la narración toma la forma de largos infodumps, algo que puede resultar molesto para algunos lectores. En este caso, el estilo está justificado hasta cierto punto por la elección del narrador, la IA de la nave, que de hecho está aprendiendo a contar una historia recapitulando los sucesos del viaje a Aurora. Esto podría explicar algunas de las partes más torpes y el continuo uso de extensos fragmentos explicativos, si no fuera porque coincide bastante con el estilo habitual de Robinson. Si esto es intencionado o simplemente inevitable es algo que dejaré que cada lector juzgue por sí mismo.
En definitiva, Aurora me ha dejado con sentimientos encontrados. No me arrepiento (¡todo lo contrario!) de haberla leído y, en realidad, la recomiendo si os apetece leer una historia de naves generacionales (especialmente por la segunda parte de la novela). Además, me ha hecho olvidar mi decepción con 2312, ya que Aurora es mucho mejor en prácticamente todos los aspectos. Sin embargo, debo decir que este año he leído bastantes novelas de CF que son claramente mejores (Dark Intelligence, Children of Time, A Prospect of War y The Water Knife, por nombrar unas pocas) y me atrevo a decir que podéis dejarla pasar sin mayores consecuencias si el tema no os atrae demasiado.
La segunda parte, por el contrario, es mucho mejor. Tras un cierto suceso que no mencionaré para evitar los spoilers (y con el que creo que el autor hace un poco de trampa), la historia se vuelve más interesante y mucho más original. Nos encontramos con algunas escenas realmente fascinantes, llenas de tensión y de sentido de la maravilla que son, sin duda, lo mejor de la novela y que resultarán más que atractivas para los fans de la CF dura. Además, el final tiene algunas inesperadas (al menos para mí) conexiones con cierta obra de Stanislaw Lem (cuyo título, de nuevo, me abstendré de mencionar porque podría arruinar varias sorpresas).
Junto a estas partes brillantes, el libro presenta también algunos problemas. Aunque la historia está mucho más centrada que en 2312, la narración toma la forma de largos infodumps, algo que puede resultar molesto para algunos lectores. En este caso, el estilo está justificado hasta cierto punto por la elección del narrador, la IA de la nave, que de hecho está aprendiendo a contar una historia recapitulando los sucesos del viaje a Aurora. Esto podría explicar algunas de las partes más torpes y el continuo uso de extensos fragmentos explicativos, si no fuera porque coincide bastante con el estilo habitual de Robinson. Si esto es intencionado o simplemente inevitable es algo que dejaré que cada lector juzgue por sí mismo.
En definitiva, Aurora me ha dejado con sentimientos encontrados. No me arrepiento (¡todo lo contrario!) de haberla leído y, en realidad, la recomiendo si os apetece leer una historia de naves generacionales (especialmente por la segunda parte de la novela). Además, me ha hecho olvidar mi decepción con 2312, ya que Aurora es mucho mejor en prácticamente todos los aspectos. Sin embargo, debo decir que este año he leído bastantes novelas de CF que son claramente mejores (Dark Intelligence, Children of Time, A Prospect of War y The Water Knife, por nombrar unas pocas) y me atrevo a decir que podéis dejarla pasar sin mayores consecuencias si el tema no os atrae demasiado.
(You can also read this review in English/También puedes leer esta reseña en inglés)
Parece que saldrá este abril. Cómo a ti, 2312 me aburrió en muchos momentos y se me quitaron las ganas de leer más de KSR, pero no voy a poder resistirlo. Tu reseña me ha ayudado.
ResponderEliminarÉste es bastante mejor que 2312, aunque tampoco es perfecto (ni mucho menos).
ResponderEliminar