Comenzamos hoy la publicación de una serie de artículos de Antonio Díaz que creo que os van a gustar mucho, puesto que están dedicados a la ficción corta de uno de los autores favoritos del blog: Tim Pratt. Espero que lo disfrutéis y estad atentos, que en breve (no pun intended) tendremos otra entrega.
Banda sonora de la reseña: Sugiero leer esta reseña escuchando Sweet Dreams, de Eurythmics (Spotify, YouTube).
Tim Pratt es el autor de la saga de fantasía urbana que con mayor placer
devoro: Marla Mason. Leyendo las antologías de Cuentos para Algernon
magníficamente seleccionadas y traducidas por Marcheto disfruté de varios
relatos de Pratt. Ansioso por catar más ejemplos de la obra corta del autor,
encontré finalmente alrededor de medio centenar de relatos, que no sólo son
absolutamente gratuitos, sino que pueden disfrutarse en formato audiolibro
realizado con cierta profesionalidad. Como la ocasión la pintan calva, me hice
con todos ellos y los puse en mi reproductor de podcasts dispuesto a ir
escuchándolos uno a uno. Iré escribiendo varios artículos donde comentar estos
relatos, cuya calidad media es bastante alta (y entre los cuales se encuentras
algunas joyas).
La mayoría de los relatos rondan entre los 20 y los 45 minutos (incluyendo
algunos minutos de los diferentes editores y presentadores de los podcasts que
los produjeron). Los más cortos son Incubus
y Uchronia (con una duración inferior
a los cuatro minutos cada uno) y los más largos rondan la hora.
En 2002 Pratt escribió Little Gods, una estremecedora historia de
pérdida y realismo mágico que me afectó profundamente. Fue el primer relato que
escuché y, aunque la calidad es altísima (tanto en la narración como en el
texto), fue un comienzo un tanto triste. Ese mismo año publicó otro relato
desde un punto de vista más cercano a la locura, Bone Sigh, sobre un
hombre que se autoinflinge heridas en la pierna buscando dibujar en su carne la
cara de dios.
Al año siguiente, Pratt escribe Captain Fantasy and the Secret Masters,
cambiando el género del realismo mágico del primero y el terror del segundo a
la fantasía superheroica y el humor. Este es uno de los audios más largos con
casi 45 minutos, pero disfruté cada segundo. El mundo superheroico que Pratt
traza tiene una riqueza y profundidad sorprendente con tan sólo unas
pinceladas. Es uno de mis relatos favoritos, por su historia profunda, extraña
y divertida. Subyace una crítica dura contra el comics code y las convenciones de la Edad de Oro de los
superhéroes.
Ya en 2004, se publica Life in Stone, una historia ambientada en el
universo de Marla Mason, pero con uno de sus villanos como protagonista. Ha
sido recopilada en español en Hic Sunt
Dracones, la antología de Fata Libelli, como Vida petrificada. En el
relato, Mr Zealand ha sido contratado para buscar una piedra que contiene la
esencia mágica de un poderoso hechicero. Sin embargo, como en toda la obra de
Pratt, nada es lo que parece. Muy recomendable y con unas reflexiones bastante
agudas sobre la inmortalidad.
Un año más tarde, Pratt cambia de tercio una vez más y publica una historia
totalmente de ciencia ficción: Lachrymose and the Golden Egg. En el
futuro, unos pocos humanos tienen una sangre con capacidades curativas, aunque
eso irónicamente les reduce la esperanza de vida de forma drástica. Como
consecuencia, muchos de ellos huyen del mundo real y se sumergen en una
simulación informática virtual. Un tema un tanto trillado (aunque no en 2005),
pero los inteligentes diálogos de Pratt salvan el relato. Publicó el mismo año
otro relato, Bottom Feeding, en el que Pratt escribe sobre la tristeza y
la pérdida una vez más, pero enfocándose en el proceso de aceptación y
superación. Traducido como Pez limpiafondos en Hic Sunt Dracones,
este cuento establece una metáfora sobre la resistencia a superar la pérdida de
un ser querido y un pez misterioso. Me recordó a lo mejorcito de Neil Gaiman.
Con Robots and Falling Hearts, Pratt vuelve a la ciencia ficción en
un mundo donde los robots y otros seres mecánicos han empezado a aparecer para
sorpresa, molestia e indignación de los humanos. No fue para nada lo que
esperaba y, aunque me gustó la parte intermedia y la idea central me pareció
muy fresca, el final me decepcionó un tanto. Prescindible.
Impossible Dreams, escrito en el 2006, es posiblemente el relato
más famoso de Tim Pratt. Sin embargo, aunque me pareció bastante bueno, no es
ni de lejos el que más me ha gustado. También compilado en Hic Sunt Dracones
como Sueños imposibles, trata sobre
un fan irredento del cine que se encuentra repentinamente con un videoclub con
una selección de películas de lo más inusual. El humor de Pratt está muy
presente en el relato, al igual que su realismo mágico, pero lo que me
sorprendió fue su profundo conocimiento sobre la historia del cine.
Cup and Table, una vez más en el ebook de Fata Libelli
traducido como La copa y la Mesa, me
dejó un sabor agridulce. La historia no me resultó especialmente interesante
(la enésima versión sobre los mitos artúricos, en este caso sobre la búsqueda
del Grial), pero la selección de personajes, muy en la línea de su saga de
fantasía urbana, me resultó muy original y hubiera deseado que se explorara más
en otras historias. En Komodo, Pratt escribe una historia con cierto
erotismo en la que rompe varios tabúes sobre la magia y el sexo. Centra la
historia alrededor de la “pornomancia”, una disciplina en la que el adepto
logra acumular poder mediante el sexo. Este relato, probablemente ambientado en
el mundo de Marla Mason (aunque no se indica explícitamente), está bien traído
y refleja muy bien el estilo de las novelas.
Restless in my Hand es, indudablemente, uno de mis relatos favoritos.
Pratt explora el camino del héroe centrándose en un paso muy obviado, el
“rechazo a la llamada”. Dada la oportunidad, ¿quién se negaría a ser un héroe?
También en 2007 sale Artifice & Intelligence, otro de mis favoritos.
En la búsqueda de crear inteligencia artificial un joven cruza la última
barrera e invoca a un fantasma para que se introduzca dentro de un ordenador.
La absoluta imprevisibilidad de lo que pasa a continuación me dejó clavado en
el sitio, dando lugar a una historia fascinante y con unos personajes
perfectamente delimitados. Sin embargo, como en ocasiones le pasa a este autor,
el final se me antojó un tanto precipitado.
The Dude Who Collected Lovecraft trata sobre un tema en el que no estoy
demasiado interesado: los Mitos de Cthulhu. Además, el lector afectaba la voz
con un acento sureño que, aunque apropiado, convirtió la escucha en algo muy
laborioso. Sin ser malo, lo único que puedo resaltar es el inteligente giro que
tiene.
En 2009 se publica Origin Story, otro de mis favoritos. En él, Pratt
acomete la tarea de repasar todas las edades de los superhéroes punto por punto
de una manera inteligentísima. Narrado por completo en primera persona pero
relatando la historia de un superhéroe muy famoso, The Aerialist, Pratt nos
obsequia con una prosa muy compacta, una gran cantidad de detalles y una
imaginación absolutamente desbordante.
Hasta aquí reseñamos hoy. Como decía en el encabezamiento, muchos estos
relatos pueden encontrarse gratis en audio (y estos y otros también en prosa)
en la web de Tim Pratt. La mayoría han sido producidos por los podcasts Pseudopod (que trata terror), Escapepod (ciencia ficción), Podcastle (fantasía) y Drabblecast (fantasía weird y terror). Si alguno se
anima con la obra corta de Pratt o tiene alguna opinión sobre los relatos
reseñados, que no dude en comentarlo.